Primero lean el objeto de la polémica, porque si no, no entenderán nada, como me ocurrió a mí. He dicho que lean, no que entiendan, porque entender lo que presuntamente habría dicho el Papa Francisco (en la imagen) es imposible. Una colección de medias palabras, medias frases, medias ideas, medios contenidos... ¡que encima presentaban los puntos suspensivos como garantía de rigor!

Y una porra: lo que yo, y como yo otros muchos, pude sacar del riguroso e ininteligible texto (no olviden que el rigor interesado es lo más alejado de la verdad) no me entraba ni en alguien tan cariñoso como el obispo de Roma, cardenal Bergoglio.

La CLAR está trufada de teología de la liberación, o sea, de esa dañina tontuna intelectual que quiso hacer al Cristo adjetivo de la lucha de clases.

Por eso, el texto comienza con una alusión tan hortera como la siguiente: "En un gesto sin precedentes, el Papa Francisco recibió y dialogó durante una hora con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR).

Conversaron ubicados en círculo, entre iguales, como era en las primeras Comunidades fundadas por Jesús...". Pues mira, escribano, muy mal. Eso de entre iguales debe decirlo el Papa, no tú, sus subordinados, que es lo que sois los religiosos, aunque alguno no se haya enterado. Y si se trata de religiosos y religiosas en jefe aún más, porque están obligados a dar ejemplo de obediencia y de humildad ante el representante de Cristo en la tierra. Si ese vicario de Jesús quiere ponerse a tu altura, agradéceselo: no lo tomes por derecho, cretinillo.

¿Pelagianismo Venga ya: estoy seguro de que el Papa Francisco no dijo eso. Es un hombre culto y bien formado, y sabe que trayendo a colación a Pelagio no se hace referencia a ningún inquisidor ni al cristianismo de caverna, ni tan siquiera al pérfido Opus Dei, sino a la desconfianza en el poder salvífico de la gracia y, por tanto, a la falta de confianza en Dios.

En plata, lo que el narrador no sabía, pero se deja entrever en el deshilachado, y riguroso, relato de la reunión es que andaba tan perdido en su nebulosa progre que ni tan siquiera se percató de la caridad con la que el Papa quería atraerles a la sensatez, que es el vestíbulo de la verdad, alabándoles en sus buenas intenciones y animándoles al cambio en su malas prácticas. Por ejemplo, la práctica de la soberbia de la clerecía progre (el problema de los clérigos progresistas no es otra cosa que soberbia) consistente en creerse más listos que los obispos.

El Papa Francisco les estaba amonestando y el tonto del narrador se pensaba que le estaba alabando.

Así que toda esta marejada de la revistita acabó en un comunicado donde la propia CLAR asegura que el riguroso texto carecía de rigor. En sus propias palabras: "La Presidencia de la CLAR lamenta profundamente la publicación de un texto que se refiere a la conversación tenida con el Santo Padre Francisco durante el encuentro del pasado 6 de junio. Conversación que se desarrolló a partir de las preguntas hechas al Papa por los presentes.

En tal ocasión no se hizo grabación alguna de la conversación pero poco después se elaboró una síntesis de la misma con base en los recuerdos de los participantes. Esta síntesis, que no contiene las preguntas hechas al Santo Padre, estaba destinada a la memoria personal de los mismos participantes y de ninguna manera a la publicación para la cual, de hecho, no se había pedido autorización alguna. Es claro que sobre esta base no se pueden atribuir al Santo Padre, con seguridad, las expresiones singulares contenidas en el texto, sino solo su sentido general.

La presidencia de la CLAR lamenta profundamente lo que ha sucedido y la confusión que esto haya podido crear.

Firman: Hna. Mercedes Leticia Casas Sánchez, FSpS, presidenta y Gabriel Naranjo Salazar, CM, secretario general".

Pues es igual, queridos clérigos. El mal ya está hecho. Sólo se puede atribuir al Santo Padre el 'sentido general'. Querrán decir el sinsentido general. Es más, tampoco me gusta el 'sentido general' de la rectificación: pone más énfasis en la falta de permiso para hacer pública la conversación que en la veracidad de la misma. Los periodistas entendemos de muy pocas cosas, pero sí de comunicar. Y las manipulaciones interesadas de un texto las olemos desde lejos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com