Barack Obama ha decidido que el nuevo responsable del Pentágono sea Ashton Carter (en la imagen), quien sustituye a Chuck Hagel. El presidente norteamericano necesitaba un culpable que ocultara su desastrosa política exterior, la misma que ha creado el Estado Islámico y disparado la matanza de cristianos en Asia y África.

Y ha elegido a un curioso burócrata de la Seguridad, Ashton Carter, en cuya tesis doctoral -algo muy importante en el currículo de un norteamericano- se planteaba cómo garantizar la subsistencia del Gobierno americano tras una guerra nuclear. Algo que recuerda la sátira británica Sí ministro, donde el protagonista, ministro de la corona, pide cuentas a su funcionario en jefe sobre la partida presupuestaria dedicada a asegurar un superrefugio nuclear a los dirigentes políticos, especialmente al Gobierno, tras un ataque nuclear. ¿Y qué tendría que administrar un gobernante tras una destrucción nuclear El funcionario responde sin inmutarse: las cenizas. No vamos a añadir al desastre nuclear, la acracia.

Pensábamos que los responsables de seguridad se dedicaban a asegurar a los ciudadanos, Pero no, se dedican a perseverar la seguridad de los políticos. Lo otro sería pura anarquía.  

No cabe duda: estamos con Obama y con Carter estamos a salvo. Al menos nosotros, los poderosos.

Hispanidad

redaccion@hispanidad.com