El emirato despierta con nuevas manifestaciones y su primer número de fallecidos
El ejemplo de Túnez y Egipto cunde por otros países musulmanes.
El efecto dominó ha empezado a darse en otros países árabes. Tras Túnez y Egipto, la actualidad informativa y televisiva se ha trasladado ahora hacia Bahrein y Libia. El efecto dominó prosigue y se desconoce cuándo y dónde parará.
El emirato de Bahrein, de mayoría chií, está regida por una minoría suní, lo que se une al descontento de la población. Además, lo sucedido en Egipto y Túnez ofrece a los habitantes un espejo en el que reflejarse y por ello ya han acampado en la principal plaza de la capital. Pero las fuerzas del orden, para evitar lo sucedido en los otros países, ha desalojado por la fuerza a los manifestantes causando cuatro muertos.
Pero no sólo Bahrein está pendiente de las protestas ya que también Libia ha amanecido con enfrentamientos. Para coordinarse, los manifestantes han utilizado las mismas herramientas que en Egipto: internet y las redes sociales. La Red se está convirtiendo en muchos de los casos en el arma más peligrosa para los actuales regímenes y la represión se vuelve en la herramienta usada por los gobiernos.
En todos los casos, incluido también el de Argelia o Yemen, se pretende una mayor libertad y derechos en países donde los gobernantes dirigen el país con mano dura y sin tener muy en cuenta a sus ciudadanos. Pero cada uno tiene sus peculiaridades. Yemen es el país más pobre de todos los países árabes, Argelia teme que más libertades conlleven en un futuro una nueva guerra civil como la ya vivida en los 90 cuando el Frente Islámico de Salvación venció las elecciones y el ejército tomó el poder para evitar que gobernara. Bahrein se encuentra con un problema de desigualdad, pero también de lucha religiosa.
Arden los países islámicos, eso está claro, pero nadie sabe hacia dónde va el humo.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com