Sr. Director:
¿Qué fue de aquel joven de 17 años?, aquel a quien eligieron enlace sindical de su empresa porque hablaba con los jefes de tú a tú, sin temor, razonando, a veces exigiendo, pero de tal manera que no se le notaba, aceptó ser enlace sindical porque era necesario y nadie quería.

 

Era joven, y como todo joven, un poco inconsciente del riesgo que podía correr en aquellos años de la cruel dictadura.

Empezó a tomar conciencia cuando su padre fue suspendido de empleo y sueldo durante un mes por votar no en el referéndum de 1966, sin paga de Navidad, sin reyes para él y sus dos hermanos, o como botones en la c/Ferraz cuando ve pasar a estudiantes perseguidos por los grises en protesta por la muerte de Enrique Ruano en enero de 1969, los siguió a prudente distancia.

Le detienen por primera vez el 1 de Mayo de 1970. Desde entonces debía de desaparecer los días previos a esa fecha, participar en las manifestaciones por los sucesos de Vigo, El Ferrol y Vitoria por los asesinatos de obreros, noches de vietnamitas y madrugadas de reparto, de nuevo detenido en 1973, juzgado y condenado, en busca y captura.

Amnistiado en 1976, sigue activo y participando. Manifestaciones en 1977 por los asesinatos de Arturo Ruiz, los abogados de Atocha, o la muerte de Yolanda en 1980. Pasa a la inactividad, vuelve en el 2001, ya nada es igual, aquel "liberarse de" la opresión y conseguir mejoras sociales, se ha pasado a "estar para" negociar y rebajar conquistas sociales conseguidas anteriormente como pretende la patronal, en lugar de exigir mejoras por los beneficios de las grandes corporaciones, antes los Sindicatos daban un puñetazo sobre la mesa y actuaban en una dirección.

Hoy algunos solo buscan su posicionamiento, desprestigiando el movimiento sindical, no hay unidad de acción, se siente desplazado, necesita el relevo ese antiguo Enlace Sindical de 60 años, es necesaria gente joven a la antigua usanza para que los profesionales no copen los sindicatos, son necesarios para cambiarlos y dar ese puñetazo que hace falta en algunos momentos.

José Enrique Centén Martín