• Y la Caixa niega cualquier negociación.
  • Es el Gobierno Rajoy el único que apostaría por una fusión entre dos bancos limpios, como método para reducir plantilla y número de oficinas.
  • Tras la refundación del Popular, los principales accionista del Popular no entenderían una operación corporativa.
  • O sólo aceptarían la concentración en el caso de ser la entidad dominante, pero el Popular vale en bolsa 5.000 millones frete a los 12.300 de Caixabank.

Que no, que en el Banco Popular se niegan a fusionarse con Caixabank, mientras en la entidad catalana niegan cualquier tipo de acercamiento o diálogo, no digamos nada negociación.

¿Entonces, ¿por qué tanto ruido Pues porque el único que apoyaría una concentración de este tipo, entre dos bancos blancos, es el Banco de España y el Gobierno, ambos empeñados en reducir el número de oficinas bancarias en España así como las plantillas, pues creen que es un sector sobredimensionado.

El presidente del Popular, Ángel Ron, no puede plantear una operación corporativa después de la mega-ampliación de capital, casi una refundación de la entidad. Los accionistas presentes en el Consejo le preguntarían por qué hace escasos meses optó por la independencia radical y afrontó una operación complejísima para ahora matrimoniar con un tercero. Se entendería que Ron quería subir en el escalafón de la nueva entidad.

De hecho, la única fórmula bajo la cual el Popular aceptaría una fusión es si fuera la entidad absorbente. Y, en efecto, ahora el Popular anda sobrado de capital, pero no de  capitalización. Su valor en bolsa no alcanza los 5.000 millones de euros frente a los más de 12.300 que vale Caixabank.

Por otra parte, Caixa está en pleno proceso de transformación para aplicar el nuevo proyecto de ley de cajas-fundación. Es más, en este momento, ninguna caja puede abordar ahora mismo proceso alguno de fusión. Está en juego su propia identidad.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com