Dos profesores de música clásica jubilados, Georges y Anne, disfrutan de un matrimonio placentero en su vejez hasta que Anne sufre un ataque cerebral que le irá degradando física y mentalmente. Será entonces cuando el amor que esta pareja se ha profesado durante décadas sufrirá la prueba más amarga.

Magníficamente interpretada por Jean Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, Amor describe con precisión los efectos que conlleva la vejez, al mismo tiempo que aborda la pérdida de dignidad que, en los últimos momentos, sufren algunas personas demenciadas. En esa línea, esta película incómoda de contenido puede entenderse como una llamada de atención a la asignatura pendiente que la sociedad actual tiene sobre el cuidado de los ancianos, muchos de ellos solos en la última etapa de su vida. Pero que nadie se llame a engaño: Amor se limita a denunciar y no propone ninguna solución.

Igualmente como el director de Amor es Michael Haneke, todo un fatalista, tras narrarnos una historia de amor y entrega que conmueve la solución que plantea ante el sufrimiento de un ser amado es de lo más drástica y terminal.

Por tanto, si son ustedes optimistas y defensores de la vida desde la concepción hasta la muerte les advertimos que Amor no es su película

Para: Los que crean que un ser humano es importante sólo cuando es útil