Al parecer se ha desbloqueado el proyecto Fénix, una especie de fondos aportado por los bancos para que empresas con deudas pero capaces de subsistir mediante una financiación adecuada, puedan salir adelante.

Me parece bien, de la misma forma que me parece estupendo los fondos de garantía de depósitos, dinero aportado por los bancos para cuando uno de ellos entra en crisis.

Dos peros: los FGC bancarios no tenían suficiente dinero, ni de lejos, para afrontar una crisis financiera y al final tuvimos que salvarlos entre todos los ciudadanos. Conclusión: a los bancos quebrados hay que dejarlos quebrar. El modelo es devolver hasta 100.000 euros a los depositantes y que el resto pierda. Ni un euro de dinero público para salvar un banco, modelo Lehman Brothers. Ese es el camino a seguir.

Respecto a empresa, el pero consiste en que refinanciar una empresa no es salvarla sino apalancarla más. La refinanciación es pan para hoy y hambre para mañana.

Tenemos que acostumbrarnos a no prolongar la agonía de banco y empresa. Tenemos que acostumbrarnos -y los Estados deben ponerlo fácil- a quien fracasa en su proyecto para poder cerrarlo... y poner en marcha otro si así fuera su deseo. Como en la vida misma.

Hispanidad

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