Sr. Director:
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha sido el encargado de clausurar la convención que su formación ha celebrado en Sevilla.

 

En ella ha asegurado que España tiene sed de urnas y prisa por apuntalar su esperanza, ya que, según ha dicho, estos años ha faltado verdad, coraje, responsabilidad, horizontes, altura de miras y sentido de Estado y ha sobrado ocultación, improvisación y cálculo ventajista. Hasta aquí ya nos estaba convenciendo, pero el señor Rajoy, una vez más ha perdido la ocasión de oro ha sido incapaz de pronunciar las palabras: Derogaré la Ley del Aborto y haber evitado el exterminio de más de 300 seres humanos cada día, motivos por los que centenares de miles de ciudadanos han estado saliendo a las calles de toda España en los dos últimos años.

Fue la voz de Jaime Mayor Oreja la única en su intervención quién dijo: que la sociedad actual española no puede seguir abrazada a la administración de la cultura de la muerte, que representa el PSOE. Pero quien debía comprometerse con el derecho a la vida y quien con sus declaraciones podía fijar de una vez más una posición clara del PP con respecto a las leyes de exterminio de Zapatero, es decir, el presidente de los populares, y no ha querido hacerlo.

Siento decirle que para mí ha perdido el carisma que debería tener como líder político de su partido y tenga por seguro que su falta de definición en este sentido no ha aumentado su número de votantes sino todo lo contrario, es la soberanía popular la que decide, no ustedes; ya se acabaron los tiempos del silencio e ignorancia de la verdadera realidad de las personas buenas.

Pilar Mariscal