Sr. Director:
Entrevista el periódico El País a un ginecólogo que declara: "Un aborto se hace con el mismo amor con el que se atiende un parto".

Este "médico" se declara activista del aborto, aunque cobre por cada uno 1.300 dólares y la técnica que suele usar es el aborto por succión y curetaje que consiste en introducir una cánula de plástico en la cerviz de la madre conectada a una bomba que va succionando al concebido en pedazos.

Otro 'médico' abortista, Harlan Raymond Giles, autor de más de 40.000 abortos por succión y curetaje, afirma que en ocasiones el feto, al salir succionado por el aspirador uterino, aún está vivo. Esto sucede porque, según sea el tamaño del feto, éste muere de diferentes formas: a veces, el catéter, al acercarlo al feto, lo desgarra muriendo éste dentro del útero. Si el feto es lo suficientemente pequeño para pasar por el tubo del aspirador uterino, al ser succionado muere en el trayecto o al llegar a la botella de succión.
¿De verdad alguien puede estar tan ciego para encontrar una pizca de amor en esta carnicería ¿Es lo mismo "dar a luz" que "no dejar ver la luz" ¿O es que acaban cegados por las ganancias que les reportan sus abortorios Según un informe realizado por un grupo de profesores católicos de la Universidad de Córdoba, en el periodo comprendido entre 1999 y 2008 el aborto ha supuesto en Andalucía un negocio que ha facturado entre 82.294.104 y 102.832.832 euros.

Además, los profesores consideran que, en términos absolutos, los ingresos estimados para el último año del que tienen datos, 2008, oscilaría entre 9.323.211 y 13.041.550.
Eso sí, se "forran" eliminando vidas "con amor".

Victoria Blasco López