Sr. Director:
Una de las reformas clave para modernizar el mercado laboral nació, el pasado viernes,  casi muerta.

 

El decreto del Gobierno ha logrado la cuadratura del círculo: no gusta a nadie a pesar del esmero que ha puesto este en agradar a los sindicatos. El proyecto tiene tintes interinos. Por ejemplo, el plazo para negociar el convenio fue modificado por segunda vez en 48 horas. Se ha apostado por un parche con amagos en ultraactividad y flexibilidad interna.

Así es casi imposible crear empleo, aunque vendan que se podrá hacer un ERE con pérdidas transitorias. ¿Aplacará a los mercados financieros este amago de reforma? ¿Esta es la reforma que ofrecemos en un momento en el que la actividad económica se desploma y vuelven a encenderse las alertas en los organismos internacionales? ¿No seguimos perdiendo el tiempo?

Jesús Martínez Madrid