• AIN homenajea su trabajo con motivo del Día Internacional de la Mujer. 
  • La fundación católica pone rostro a aquellas mujeres que se comprometen a vivir con y como los más pobres de entre los pobres. "Su trabajo tiene un valor incalculable, pues a menudo también prestan un servicio desinteresado en lugares a los que nadie acude y que no reciben ayuda de ningún tipo". 
  • Por eso, AIN lleva décadas apoyando a estas mujeres en todos los continentes porque "el mundo sería más pobre sin su labor".
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha elaborado un dossier en el que destaca la labor que las religiosas hacen en todo el mundo, con algunos ejemplos y un reportaje sobre el trabajo de una comunidad franciscana en Etiopía.

Como explica AIN, las mujeres son el rostro de la Iglesia Católica, pues en todo el mundo promueven importantes iniciativas pastorales y sociales. "Su trabajo tiene un valor incalculable, pues a menudo también prestan un servicio desinteresado en lugares a los que nadie acude y que no reciben ayuda de ningún tipo. Estas mujeres, que pertenecen a diferentes comunidades y congregaciones caritativas, contemplativas o misioneras, se ocupan literalmente de todos y de todo: niños y adultos, huérfanos, enfermos y moribundos, personas que han fracasado o que buscan un sentido a la vida, mujeres violadas y personas traumatizadas".

Muchas de ellas, apunta AIN, "viven tras gruesos muros de conventos o en chabolas de uralita y dirigen residencias de ancianos en barrios burgueses o dispensarios en suburbios miserables; dedican toda su vida a la oración y a la ayuda a los más pobres de entre los pobres. Las religiosas forman parte de casi todas las culturas, y son valoradas por la mayoría, aunque también hay algunos pocos que se mofan de ellas".

La religiosa más conocida en todo el mundo, probablemente, es la beata Madre Teresa de Calcuta (en la imagen), Premio Nobel de la Paz en 1979, recuerda AIN. "Hasta hoy despierta admiración en todo el mundo. Pero también, en vida, provocó reacciones encontradas, contrarias a su figura. Hasta su fallecimiento esta albanesa no se inmutó ante ninguna de estas reacciones, pues su vida era para ella, en primer lugar, un camino de seguimiento a Cristo y constante encuentro con él, siempre desde el servicio al prójimo".

La fundación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva décadas apoyando a estas mujeres en todos los continentes porque "el mundo sería más pobre sin su labor". Entre otros, ha financiado y desarrollado proyectos en las comunidades de Brasil, Congo, Kazajstán y Líbano, que desarrolla en el dossier.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com