7 días en La Habana pretende ser un retrato de la Cuba actual a través de su ciudad más emblemática. Todo ello captado por siete directores de nacionalidad y sensibilidad diferente, coordinados por el guionista cubano Leonardo Padura.

Producción irregular, puesto que depende del trabajo de cada cineasta, estos siete relatos cortos tienen un nexo común: describen la supervivencia de los cubanos en un entorno mísero y su lucha por salir adelante mediante trapicheos. La emigración, el turismo en la isla, la prostitución encubierta e, incluso, la peligrosa santería son algunos de los temas captados con cercanía…

Aunque para gustos están los colores, los mejores y más originales son el de Pablo Trapero, titulado Jam Session, que narra las complicaciones que surgen con la visita de un director famoso que va a recibir un premio, genialmente interpretado por el conocido Emir Kusturica, así como Dulce Amargo, de Juan Carlos Tabío, que sigue las vicisitudes de una famosa psicóloga que complementa sus escasos ingresos con la elaboración de pasteles… Aunque, sin duda, a muchos asombrará que el actor Benicio del Toro asuma la dirección de uno de esos cortos, Yuma, que contiene cierta dosis de humor negro.

Por tanto, 7 días en La Habana, debido a la mencionada heterogeneidad, agrada en ocasiones y en otras, como en El Ritual, de Gaspar Noé, se hace pesadísima...

Para: Los que quieran viajar a La Habana desde la butaca del cine