La mayoría de los españoles no lo recuerdan pero 1980 fue un año especialmente trágico para nuestro país, un año marcado por el terrorismo de la banda ETA que se tradujo en 200 atentados y más de 100 muertos. El documentalista vasco Iñaki Arteta lo recuerda para honrar la memoria de esos hombres y mujeres que murieron injustamente.

"Algo habrá hecho". Ésa es la frase que tienen marcada a fuego muchos familiares de víctimas de ETA, que escuchaban de vecinos y compañeros tras haber sido asesinados sus seres queridos. ETA, en los años 80, no hacía distinciones en sus ataques: miembros de las fuerzas armadas, políticos de partidos no nacionalistas, periodistas o civiles que, simplemente, se declaraban no independentistas y españoles fueron abatidos por sus tiros o sus bombas.

Iñaki Arteta, fiel a su trayectoria, ha realizado un trabajo documental exhaustivo que cuenta con material impagable para ilustrar todos los terribles hechos acaecidos en el año 1980, que se complementan con testimonios heterogéneos: de familiares, de políticos, de ideólogos independentistas arrepentidos e, incluso, del obispo Setién. A través de todo este material entendemos, todavía más, que ETA llegó a la barbarie absoluta porque contaba con la connivencia de parte de la población vasca, con la colaboración de Francia e, incluso, aunque duela decirlo, con algunos sacerdotes vascos que añadieron "leña" a la bestia nacionalista.

El resultado es un documental impecable, pero tremendamente doloroso de contemplar, porque siempre duele ver la maldad en estado puro.

Si creen que esas 100 víctimas de ETA del año 1980, y las otras restantes 900 que cayeron otros años a manos de la banda terrorista, deben ser recordadas merece la pena que acudan a ver el documental 1980. Porque como se decía en la película vasca Loreak: "una persona no muere mientras no te olvidas de ella". 

Para: Los que les gusten los documentales incontestables