La industria textil no es ajena al avance de las nuevas tecnologías, al crecimiento del comercio electrónico y al cuidado del medio ambiente, lo que ha provocado una transformación en su modelo de negocio. Y en todo este proceso, la innovación juega un importante papel, en esta ocasión veremos cómo ha permitido la aparición de nuevos materiales que antes eran impensables: proceden de frutas, hongos, plantas, madera…

En primer lugar, hablaremos de la piña. La diseñadora española Carmen Hijosa tiene una amplia trayectoria en la creación de telas y en la fabricación de artículos de piel, estudió en el Royal College of Art de Londres y es la creadora del primer cuero hecho con fibras de piña, llamado Piñatex, patentado por su empresa textil Ananas Anam. Hijosa trabajó también como consultora en la industria de artículos de cuero en Filipinas y durante un viaje a aquel país en los años 90, descubrió un uso diverso que se le puede dar a esta fruta tropical más allá del alimentario.

Pinatex 9

La inspiración le llegó al ver las prendas de vestir tradiciones que se hacen con las fibras de las hojas de piña. Así, descubrió que se podría extraer una gran cantidad de celulosa, una poderosa fibra vegetal, y que se puede convertir en textil por medio de procesos físicos y químicos, constituyendo un producto muy flexible y resistente, bastante similar al cuero.

El proceso no es complicado. Primero se extraen las piñas de los campos y se escogen las hojas que estén en mejor estado. A continuación, se saca la goma de celulosa (proceso denominado degumming) que va a permitir convertirlas en un no-tejido en la fábrica especializada, donde se les da el acabado deseado (tintes, textura y espesor). Lo que no se utiliza de las hojas de piña se puede reciclar y convertirse en fertilizante, siendo un buen ejemplo de economía circular, además, el uso de las hojas de piña que antes se desechaban se convierte ahora en una nueva fuente de ingresos extra para los campesinos locales y su desarrollo. 

La producción de Piñatex se realiza en una primera etapa en Filipinas, donde gracias a su clima tropical -la temperatura no baja de 27 grados y hay una constante humedad-, se puede extraer toda la celulosa de las hojas de piña sin perder sus cualidades. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el país asiático se producen casi tres millones de toneladas de piña cada año. Después se lleva a Barcelona, donde las fibras son procesadas y teñidas.

Piñatex supone una alternativa ecológica, sostenible y real al uso del cuero animal o de pieles sintéticas y cuerina a base de petróleo

Piñatex supone una alternativa ecológica, sostenible y real al cuero animal. Por ello, se empezaron a usar pieles sintéticas y cuerina a base de petróleo, pero en su fabricación se utilizan elementos que dañan el medio ambiente, según Hijosa.

Gracias a todo este contexto, Piñatex tiene por delante un futuro prometedor, aunque todavía no esté en el mercado, pues se está desarrollando entre España y Reino Unido (en concreto, en el Royal College of Art de Londres). Después se procederá a su expansión, donde Hispanoamérica puede jugar un papel importante: especialmente Colombia porque es uno de los principales proveedores de piña del mundo. 

Piñatex zapatos

Hasta ahora, los principales sectores interesados en Piñatex son textil, calzado, complementos (bolsos, etc.), decoración, textil de hogar e industria automovilística. Algunas empresas, como Puma y Camper, y diseñadores, entre ellos, el italiano Alli Capellino, han fabricado algunos prototipos con este innovador tejido vegetal.

Pero la industria textil no sólo ha investigado la piña para obtener tejidos, sino que también está desarrollando diversas tecnologías con el fin de lograrlo de otras materias primas, como: hongos, plátano, bambú, coco, cáñamo, algas, ortigas,… Materiales innovadores y sostenibles, pues respetan el medio ambiente.

Muskin es un material vegetal que es 100% biodegradable y procede de las capas de un hongo de la especie Phellinus ellipsoideus, que crece de forma silvestre y ataca los árboles en los bosques subtropicales. Se procesa de forma similar al cuero animal, pero lo mejor es que se tiñe con métodos libres de químicos y totalmente naturales. Las pruebas de laboratorio han demostrado que Muskin es repelente al agua, no promueve la proliferación de bacterias y tiene una gran capacidad de absorber humedad para luego liberarla. Este material vegetal procedente de un hongo permite la obtención tanto de hilo como de una nueva especie de cuero.

La industria textil también ha investigado para obtener tejidos de: hongos, plátano, bambú, coco, cáñamo, algas, ortigas, ciprés, madera o materiales reciclados

En esta tendencia de investigación y búsqueda de materiales innovadores y ecológicos, conviene destacar los que ofrece Life Materials. Por ejemplo, el papel Alga Carta, realizado con la combinación de algas de la laguna de Venecia y pulpa de madera sostenible, que es completamente biodegradable y reciclable. O el polímero acolchado BioGreen es un polímero de relleno único y muy eficiente, hecho con recursos naturales y materiales vegetales reciclados, más resistente que los poliésteres comunes, su potencia de relleno es prácticamente igual a la de la pluma de ganso y es más aislante que los poliésteres artificiales derivados del petróleo.

MuSkin dimensions

Life Materials también ofrece bobinas de hilos de ciprés (15% de ciprés y 85% de algodón orgánico), con extraordinarias propiedades antibacterianas. Así como hilo de ortiga (60% de esta planta y 40% de modal, una fibra de celulosa extraída de la madera), cuya característica especial es que gracias a la estructura hueca de sus fibras, el aire se puede acumular entre ellas convirtiéndolas en aislantes térmicos naturales. También se usan fibras de plátano, que son fuertes y hermosas, resistentes al agua y se  han usado durante miles de años en las islas del Pacífico para fabricar cuerdas y tejido. Y por último, está Wood Wool (lana de madera), compuesto a base de Lyocell (fibras de celulosa hecha de pulpa de madera blanqueada que se disuelve), que puede utilizarse como alternativa a la lana.

En el uso de materias primas sostenibles que protejan la biodiversidad, también trabaja Inditex, empleando cada vez más  algodón orgánico, que se cultiva sin fertilizantes ni pesticidas químicos y sus semillas no están modificadas genéticamente; algodón BCI,  lo cultiva la organización Better Cotton Initiative (BCI) -que promueve la agricultura responsable supervisando el cuidado de la tierra, el uso del agua o las condiciones laborales, entre otros aspectos-; o el Tencel, fibra creada por la empresa austriaca Lenzing a partir de madera de bosques gestionados de forma sostenible, son algunos ejemplos. Pero también se apuesta por el reciclado del algodón y la lana; así como del poliéster y la poliamida dando lugar a nuevas fibras sintéticas; y se está desarrollando con Lenzing la Refibra, fibra de muy alta calidad a base de algodón reciclado y madera.