El cuidado específico y la calidad de cada prenda, otro valor añadido de la industria textil española
Cada vez las empresas se implican más en las sociedades en las que operan a través de diversas prácticas de responsabilidad social, las cuales no son ajenas al producto o actividad que desarrollan. De esta manera, no es de extrañar que la industria textil española tenga en cuenta el cuidado específico y la calidad de prenda, lo que otorga un valor añadido a las marcas del sector, entre ellas está Inditex. El líder mundial del textil no sólo identifica individualmente cada prenda gracias a la tecnología RFID cada una de las 50.000 referencias que fabrica cada año. Además, se compromete a que sus prendas sean de máxima calidad y respetuosas con el medio ambiente y la sociedad en la que opera, lo cual implica su mejora constante. 
Conviene destacar que en los últimos 40 años ha cambiado mucho la regulación del comercio textil en el mundo. A finales de 1977, se firmó el acuerdo multifibras (MFA, por sus siglas en inglés), que otorgaba a los países un control directo sobre las importaciones textiles y sus confecciones, por tanto, todo lo que se producía en un país debía venderse dentro de sus fronteras. Este acuerdo se canceló en 1994 y supuso la expansión del comercio textil, pero en 2007, tras el escándalo de la juguetera estadounidense Mattel, todos los países pasaron a regular la salud y la seguridad de sus productos. Inditex, además de cumplir con las distintas regulaciones, en todas las prendas que produce y vende sigue las directrices de tres estándares propios. El primero, Safe to wear, es el de seguridad de producto; Clear to wear aborda la salud del producto y Green to wear se ocupa de que la forma de producir sea responsable con el medio ambiente y vela por el consumo eficiente en todo el proceso, desde el origen de la materia prima a la puesta a la venta. Además, hay que menciona
r un cuarto parámetro, el Tested to wear, que se ocupa de las condiciones laborales. El grupo textil opera en 88 mercados y esto supone ajustarse a políticas de regulación muy distintas, por ejemplo, China le hace cerca de 5.000 controles y le ha reconocido como mejor importador. Inditex visita a sus proveedores para tomar muestras de producto -práctica que se denomina picking-: se realizan al año 41.800 visitas de inspección y casi 676.000 análisis. Además, cuenta con dos programas pioneros: The List by Inditex, con el que mejora la calidad de los productos químicos empleados en la fabricación de los artículos textiles, y Ready to manufacture para comprobar procesos de tintura, estampación, lavado y acabado. En toda la tarea relacionada con la salud y la seguridad de la prenda están implicados más de 1.500 profesionales, tanto del grupo textil como de otras empresas científicas y tecnológicas, entre las que destacan 28 laboratorios. De éstos, 11 son de la firma SGS, que es el líder mundial en inspección, verificación, ensayos y certificación. Todo ello permite a Inditex tener una actitud preventiva. "Antes éramos forenses y ahora nos vamos al principio del producto", señala uno de los miembros del equipo de salud del producto de Inditex. 
Hispanidad pudo visitar el laboratorio de SGS situado en el polígono industrial coruñés de Pocomaco, a pocos kilómetros de la sede central de Inditex, que se encuentra en Arteixo. En este laboratorio hay 29 empleados, que realizan cada año 29.500 ensayos a 2.000 referencias. Reciben muestras en tres etapas del proceso de elaboración de la prenda: preproducción (análisis de tejidos, cordones, hilos…), producción y centro de distribución. El trabajo en el laboratorio se desarrolla en varias áreas: muestreo, donde se reciben y codifican las muestras, y se seleccionan las piezas a analizar; examen químico y análisis físico. En el examen químico se analizan las sustancias que forman los tejidos. En primer lugar se extrae la sustancia de la prenda mojándola en disolvente para obtener una disolución. Gracias a la reacción química que se produce aparece un color determinado y en función de su intensidad se sabe cuánta cantidad hay comparando con las disoluciones de referencia. Pero hay que tener en cuenta que hay sustancias que no son solubles, donde se usan otros disolventes y técnicas. Fundamentalmente, se observa el nivel de arilamina (cuyo límite en Inditex es cuatro veces inferior al legal), formaldehído y metales pesados que hay en la muestra. Tras este proceso llega otro más largo: el análisis físico. Aquí se ven otros dos parámetros tolerancia de la c
omposición de fibras, para garantizar que la composición de la prenda se corresponda con su etiquetado, y solidez del color. En primer lugar, se identifican las fibras de la muestra con un microscopio y se ve si son naturales, no naturales (también denominadas sintéticas) o regeneradas. Después, se procede a separar las fibras mediante una disolución química, pero en las regeneradas esto no se puede hacer y hay que contarlas y medirlas. Y por último, se pesan las fibras para obtener el porcentaje que tienen en la composición de la prenda. Respecto al análisis de la solidez del color, se ve como reacciona al agua, al sudor, a la saliva y al frote. De esta manera, se comprueba si el tejido desarrolla piling (bolitas), la abrasión, la rotura de hilos o si hay partes pequeñas que se separen o pinchen, por lo que se ve cual es la durabilidad y la confortabilidad de la prenda. A la vista de todo ello, parece que no se deja ningún detalle al azar, sino que todo está controlado y cuidado al máximo. Y es que la calidad es un concepto que hay que tomarse en serio y hacerlo tiene su recompensa. Mariano Tomás mariano@hispanidad.com
