Y a los argelinos de Sonatrach, que odian a Sánchez y Albares por el Sáhara, ¿les va a gustar que Teresa Ribera se siente en el Consejo? ¿Ella, la talibán verde que odia el gas, sí, por razones ideológicas?
España se está convirtiendo en campo de pruebas para la profanación sistemática de la Eucaristía. Sería bueno que se prohibiera la comunión en la mano…