Todo apunta a que Jessica Chastain volverá, este año, a estar entre las nominadas a los Oscar a mejor actriz y lo será, posiblemente, por esta película, aunque también el pasado año estrenó La casa de la esperanza y El caso Sloane. La californiana se mete en la piel de un personaje real: Molly Bloom, una ex esquiadora olímpica alejada de las pistas tras una lesión, que encontró la forma de ganar su sustento organizando "timbas" ilegales de juego al que iban todo tipo de famosos; desde actores a deportistas, millonarios y miembros de la mafia rusa. El famoso guionista Aaron Sorkin (recordado por su trabajo en la serie televisiva El ala oeste de la Casa Blanca o en el filme La red social) debuta en la dirección con este película de argumento interesante pero de duración excesiva (140 minutos). Una película a la que hay que ir preparado porque los  diálogos son tan rápidos que es difícil no marearse siguiéndolos y tampoco favorece a la claridad  los conceptos de póker que surgen en su desarrollo, complicados de entender si no se conocen las reglas de ese juego. Al fondo de todo, la codicia pero, también, la obsesión por el  reconocimiento del valor personal por parte del ser que más quería pero por el que esta mujer sentía más respeto: su padre. Para: Los que les gusten las historias genuinamente americanas, en este caso, sobre el sueño americano roto en trizas Juana Samanes