Tremendamente rebuscada, y provocativa, eso es la última propuesta del director Darren Aronofsky que, en contra de lo que puede parecer por sus trailers, es una cinta de suspense dramático no de terror. Javier Bardem y Jennifer Lawrence encarnan a un matrimonio que vive una existencia tranquila en una mansión situada en un paraje recóndito. Todo hace sospechar que han escogido este lugar para que él, totalmente seco de ideas, escriba otra obra. Inesperadamente su relación se altera cuando llega a su puerta un misterioso hombre y, posteriormente, su intratable mujer, a los que él acoge de forma muy hospitalaria. A medida que empiezan a llegar más invitados, debido a un suceso funesto que se produce, la joven (de la que nunca sabemos su nombre sino que quiere ser madre) empieza a ver cómo se tambalea su existencia aparentemente idílica. Darren Aronofsky siempre se ha caracterizado por sus argumentos hérmeticos pero, en el caso de Madre!, ha manifestado que el germen de esta película lo escribió en solo cinco días cuando otras le ha costado años madurar la idea. Posiblemente sea por esa razón por la que, intuyendo lo que pretende explicar en su fondo argumental, contenga tantos elementos que no cuadran que, casualmente, son los inquietantes. Así, solo los más avezados en cine intuirán, desde el principio del metraje, que se analiza metafóricamente, entre otras cuestiones,  lo que supone un proceso creativo, y la inspiración,  mientras se critica abiertamente a la raza humana por su falta de solidaridad, crueldad y su maltrato al medio ambiente. Si se hubiera quedado ahí hubiera sido simplemente una película enrevesada y politicamente correcta, pero Darren Aranofsky se siente creador y aspira a dar doctrina lo que le da pie a que lance un crítica soterrada a lo que él denomina "creencias ancestrales". Ya se pueden imaginar por donde va la cosa, la historia de Caín y Abel e, incluso, el misterio la Redención están traducidas de forma  tremendamente rebuscada y cruda. Si por su pretenciosidad se pueden pegar pegas al argumento, no ocurre así con la realización técnica, porque Aronofkky sabe dirigir la cámara y lograr captar el interés del espectador. Además cuenta con el buen hacer de la joven actriz Jennifer Lawrence (Los Juegos del hambre) sobre cuyo personaje (la madre) reposa toda la trama. El resto queda en el tejado de los espectadores para que decidan si están ante un producto singular o un ejercicio de egocentrismo. Para: Los que les gusten las películas de contenido polémico Juana Samanes