En la misma línea argumental que Mi gran boda griega, pero con un estilo más "indie" (cine independiente) esta comedia romántica cuenta la historia real de Kumail y Emily, una pareja que se conoce en un espectáculo de monólogos. A pesar de que nada espera tras su primer "revolcón", su relación empieza a avanzar a pesar de las diferencias culturales y de religión, complicando las vidas de ambos. Todo se pondrá a prueba cuando Emily tiene una infección grave y le provocan un coma inducido. Lo más increíble de esta simpática comedia romántica es que está basada en hechos reales. Eso dificultó la escritura del guión definitivo, del que se hicieron repetidas versiones, y en el argumento se palpa en que le cuesta demasiado entrar en materia e interesar. Es decir, resulta mucho más atrayente cuando Emily está postrada en el hospital y ausente de las tensiones que su ex novio mantiene con sus padres, recién llegados de Carolina para cuidarla. La falta de compromiso de muchos jóvenes en sus relaciones personales es abordado con mucha gracia en este filme, que cuenta con diálogos ingeniosos. Sin embargo, el verdadero meollo de la historia es que Kumail respeta, pero no  acepta, las costumbres conservadoras de su familia, como los matrimonios concertados. No obstante que estas reflexiones no les engañen, porque los momentos más divertidos de la película discurren en esas cenas familiares en el hogar musulmán de los padres de Kumail donde la madre le prepara citas a ciegas con chicas pakistaníes, que nada tienen que ver con su hijo, mucho más occidental y frívolo en las relaciones de pareja. Como es muy habitual en muchos estrenos, hubiera sido mejor con un metraje más reducido. Dura 120 minutos. Para: Los que les gusten las comedias románticas con el conflicto de diferentes culturas Juana Samanes