Seguramente Maximiliano Kolbe es el santo polaco más conocido internacionalmente: la razón es sencilla, pocas personas son coherentes con su fe hasta las últimas consecuencias. Él lo hizo en el campo de exterminio de Auschwitz donde cambio su vida por la de un padre de familia, por lo que fue condenado a morir de hambre. Mediante este documental ficcionado se recuerdan esos impresionantes hechos, pero lo novedoso de esta propuesta es que narra episodios de su vida, anteriores a su sacrificio, que eran desconocidos incluso por sus propios compatriotas.

El título de la película nos remonta a su infancia, donde narró a su madre una aparición de la Virgen, ésta le ofreció elegir entre las dos coronas que portaba: la blanca de la pureza y la roja del martirio y él, a pesar de su corta edad, eligió ambas. Por tanto, Maximiliano tuvo muy claro desde siempre su camino pero eso no le impidió llevar una existencia plagada de emocionantes acontecimientos: como fundar el monasterio con más vocaciones de Europa o pretender evangelizar en Asia.

La película mezcla imágenes, fotografías de la época y testimonios de personas que conocieron al religioso franciscano o que han estudiado su figura con ficción, al mismo tiempo que retrata episodios concretos de su vida de forma ficcionada lo que da como resultado es una mezcla arriesgada que funciona pero no entusiasma, aunque lo que se narra es tan apasionante que poco importa la forma.

Para: Los que quieran conocer la historia de un mártir del siglo XX. Imprescindible para los admiradores de la vida y obra de San Maximiliano Kolbe