• O celebras la Navidad o no la celebras, pero no la adulteres.
  • El triángulo de la Santísima Trinidad frente al coñazo aritmético de los masones.
  • Nadie le obliga a festejar: sólo se le pide no injuriar.
Observen la iluminación navideña de la roja Bolonia, hoy, más que roja masoncilla. El triángulo cristiano de la Santísima Trinidad es sustituido por el coñazo aritmético del triángulo masoncete. ¿Para qué seguir? El asunto es adulterar la Natividad. Mire usted, si  cree que el mismísimo Dios se encarnó en la Gruta de  Belén celebre el cumpleaños de Cristo y, si no, pues no celebre nada, pero no adultere la Navidad. Nadie le obliga a festejar: sólo se le pide no injuriar. Eulogio López eulogio@hispanidad.com