Lo decía San Cipriano, sobre el hombre: “Quítale el jugo del sufrimiento y la resignación y perderá las raíces y el vigor”.

Más en concreto, le harás un quejica.

El falso profeta siempre es muy cursi… y hoy abundan los curas cursis, onegeros

La letra con sangre entra, asegura el refranero. No, entra con amor, pero es que el verdadero amor, y con él la civilización del amor, siempre llega hasta la sangre.

Se distinguen porque predican el amor, pero no el dolor que conlleva

Sospecho que a la Iglesia le falta reciedumbre en esta hora crítica.

Porque la llamada ‘Primavera de la Iglesia’ no puede convertirse en la cursilería del falso profeta.

El falso profeta siempre es muy cursi… y hoy abundan los curas cursis, onegeros.

Mucho me temo que a la Iglesia le falte reciedumbre en esta hora crítica

Se distinguen porque predican el amor, pero no el dolor que conlleva