• Por el cambio climático, naturalmente.
  • El eslogan continúa siendo el mismo: cara, yo gano, cruz, tú pierdes.
  • Si hace frío está cambiando el clima, si hace calor, más.
Vivimos en la histeria global del cambio climático. Así, cualquier cambio de temperatura nos predispone para el Apocalipsis. Una tontería, claro, porque el Apocalipsis llegará a su debido tiempo. Algo ha cambiado el clima, es cierto, y no siempre tiene que ser para mal pero, sobre todo, lo que ha cambiado es el hombre, que se nos ha vuelto un tanto paranoico y un mucho histérico. Un hombre que se pasa meses suspirando por la falta de agua y luego brama contra el temporal de nieve resulta un tanto pintoresco. Se diría que pretendemos programar a la naturaleza y la naturaleza no es programable. Ni tan siquiera es predecible. Y ya saben: los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía. Así que, en lugar de dar gracias a Dios por la lluvia intentamos convertirnos en dioses predictores. Y la verdad, es un papel que nos viene demasiado grande: fracasamos hasta en los ensayos. En cualquier caso, desde que hemos descubierto el calentamiento global me ha entrado una sed tremenda. Eulogio López eulogio@hispanidad.com