Hemos pasado el día del Padre más apagado de la historia porque feministas y feministos han logrado imponer que la masculinidad es machismo. Sí lo sé, muy estúpido, pero es lo que hay.

La sociedad necesita de la familia, la familia necesita del padre, y el padre necesita virilidad.

Pues no, la sociedad necesita de la familia, esa célula de resistencia a la opresión. La familia necesita del padre y el padre necesita ser viril. Virilidad, una gran virtud.

La virilidad tiene como principio definitorio la virtud de la fortaleza. ¿Y en qué consiste la virtud de la fortaleza? En muchas cosas pero me basta con que quede clara esta: fortaleza es no quejarse.

La principal virtud masculina es la fortaleza… que consiste en no quejarse.

Muy necesario hoy en día, porque habitamos un mundo de quejicas y nenazas.

Repito: ¿Se imaginan ustedes al patriarca San José quejándose? Pues él sí que tenía motivos.