• Porque los ideales proceden del alma y del corazón.
  • Los sentimientos cambian, son volubles y se acomodan a nuestros caprichos.
  • Hoy me siento catalán pero mañana puedo sentirme también español.
  • Y en cualquier caso, los seres racionales se distinguen por sus principios, no por sus identidades.
  • Recordemos el dogma primero del ser humano: nadie le ha pedido permiso para existir.
  • Ni tan siquiera para ser nacido donde ha nacido.
Una Cataluña descristianizada comenzó hace 20 años a perder el ideal hispano como referencia. Precisamente porque Castilla también empezaba a descristianizarse. En plata, que en todo el país las identidades sustituían a las ideas y entonces empezó el problema. El ideal español consiste en identificar el ser, y el estar, con el ideal. La crisis de España empieza con la Ilustración, cuando se pretende sustituir el ideal cristiano por el ideal ilustrado, que es más bien una ausencia de ideal, una gelatina del Espíritu. En cualquier caso, los ideales proceden del alma y del corazón mientras los meros sentimientos cambian, son volubles y se acomodan a nuestros deseos, cuando no a nuestros caprichos. Ejemplo: hoy me siento catalán pero mañana puedo sentirme también español y pasado mañana, nuevamente catalán. En cualquier caso, los seres racionales se distinguen por sus principios, no por sus identidades. Y aunque las identidades puedan parecer más firmes que las ideas, créanme, no es así. Recordemos el dogma primero del ser humano: nadie le ha pedido permiso para existir. Ni tan siquiera para ser nacido donde ha nacido. Pero los principios sí: los adopta libremente él. Ya saben: identificar nuestros principios y nuestros ideales, con nuestro ser y nuestro actuar. Pero no las identidades. La identidad de pertenencia a la raza humana, nos viene dada. Eulogio López eulogio@hispanidad.com