Aena cae con fuerza en bolsa, más de un 3% tras la venta por el fondo británico TCI del 2,7% del capital, hasta ahora con un 11%. Curiosamente, es el mismo fondo que presionó para que el Estado ampliara la privatización del gestor más allá del 49%, o lo que es lo mismo, que perdiera el control con el 51%.

Gestiona el fondo Christopher Hohn, que se ha hecho de oro, ¡qué cosas!, con Aena. Está en el capital desde la OPV de 2015, cuando entró con algo más del 7%, con las acciones a 50 euros, que ahora cotizan a 173.

Después aumentó su participación al 11% y se han embolsado desde entonces unos 200 millones de euros en dividendos (73 millones en el último reparto).

Ahora reduce su participación, dice, para reequilibrar su cartera. Sonroja por el efecto, aunque a Christopher Hohn le da igual. Está como están todos los fondos en otras infraestructuras estratégicas del Estado (también en REE o Enagás), por el beneficio. El resto les importa un comino. Hohn, además, ha aprovechado para codearse con los ministros -de algoha servido ser el primer accionista- aunque se ha topado, en paralelo, con la puerta cerrada a una mayor salida del Estado. Mejor.