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El apóstol tiene que salir a la calle. Y en casa, el padre debe regañar sin rencor

Virgen María (18-VIII-2010): El mundo está mal porque no hay gente que lo ponga al derecho. No os quiero ocultos en vuestras casas, no, no. Sois apóstoles y, como tales, tenéis que predicar. Has visto cómo hay un fallo en los padres al regañar a los hijos. Y la razón es ésa: cuando se regaña, se debe acompañar de mucho amor y nunca de resentimiento. Para que el niño sepa que lo haces por su bien y sin resentimiento. Y aceptará el castigo como algo merecido. No le deis más vueltas: si les amáis, ellos lo notan. Eso es lo que diferencia al gran pedagogo del que no lo es: el amor a sus discípulos.

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