• "Seguimos en el mecanismo de diálogo, pero no vamos a asistir al encuentro", confirmó a primera hora el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
  • La oposición aglutinada en la MUD, condicionó su retorno a las conversaciones a dos condiciones.
  • Primero, una salida electoral al conflicto y también, la liberación de los presos políticos, entre los que está el más simbólico, el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López.
La oposición venezolana cumplió la promesa con la que en las últimas semanas esperaba acorralar al presidente Nicolás Maduro: la de no acudir a la tercera mesa de negociaciones para buscar una salida a la crisis política que atraviesa el país. Así, quedó congelado el diálogo entre ambas partes, informa La Tercera. No fue suficiente la presencia de los mediadores de Unasur -encabezada por los ex mandatarios José Luis Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández- o los esfuerzos del Vaticano, que envió a un emisario especial desde Roma para supervisar el encuentro. "Seguimos en el mecanismo de diálogo, pero no vamos a asistir al encuentro", confirmó a primera hora el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba (en la imagen). La medida era esperada por distintos sectores luego de una semana de acusaciones cruzadas y amenazas. De ahora en adelante, la oposición sólo mantendrá contacto con los facilitadores, en especial con los auspiciados por el Papa Francisco, quien el 30 de octubre inició un proceso de negociaciones para intentar mediar en la crisis, lo que en un comienzo se vislumbró con esperanza. Pero esta vez el camino hacia el diálogo se ve cada vez más lejano. La oposición aglutinada en la MUD, condicionó su retorno a las conversaciones a dos condiciones. Primero, una salida electoral al conflicto y también, la liberación de los presos políticos, entre los que está el más simbólico, el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López. Ambas posibilidades se ven lejanas. El caso de López, quien se encuentra en la cárcel de Ramo Verde sentenciado a 13 años de prisión, ha levantado la atención mundial, y aún así sus defensores no han logrado siquiera acercarse a su posible liberación. El gobierno de Maduro logró obstaculizar, con la ayuda de dos de sus grandes aliados -el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral- todos los esfuerzos de la oposición por llevar a cabo un referendo revocatorio antes de que termine el año. Tampoco se ve probable que Maduro ceda y adelante las elecciones previstas para 2018. El sucesor de Hugo Chávez ha dejado claro que ambos temas simplemente están fuera de la agenda. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com