• El plan B de Braulio Medel: mientras prepara la salida a bolsa, está ofreciendo la entidad a distintos postores.
  • Se lo ha ofrecido ya a Santander y Sabadell, pero sin rechazar otras opciones.
  • Y el banco cántabro, a lo mejor para librarse del Popular, se lo está pensando.
  • Y es que Guindos no quiere más bancos en crisis. Por eso, en el sector se habla de mandatos 'verbales' de venta. Y puede haber más.
  • La prevista salida a bolsa y la venta parcial son compatibles, pero ambas marcan el final de la etapa Medel.
  • Todo para tapar dos problemas: Caja España-Duero y el inmobiliario de Unicaja.
Braulio Medel (en la imagen), el hombre que sigue pilotando Unicaja, con Manuel Azuaga en la Presidencia, tiene en mente dos planes para sacar adelante la entidad. El plan A es conocido: una salida a bolsa de vértigo -antes de julio-, aprobada por unanimidad en la Junta de Accionistas de abril. Y el plan B, que corre paralelo: vender parte de la antigua caja. Lo novedoso, por tanto, no está en la primera opción, ya en el guión, como quien dice, sino en la segunda. Y hay pasos concretos, según fuentes financieras, con ofertas al Santander y Sabadell. La respuesta, sin embargo, no ha prosperado, con una cierta lógica financiera. Primero hay que probar con la Bolsa. Y ahí viene lo bueno: al Santander le interesa Unicaja, no el Popular, para mejorar su red en Andalucía y, a lo mejor... para librarse del Popular, hacia quien le lanza el Gobierno pero que Ana Botín no desea. Es cierto que, hasta el momento, el banco de Ana Botín está más pendiente del futuro del Popular, como también BBVA, que sí hizo una oferta por el banco, todavía con Ron de presidente, pero no convenció ni al mexicano Antonio del Valle ni a Emilio Saracho, después, y tampoco a Guindos. El Sabadell ha oído pero sin prestar atención, entre otras cosas porque ya tiene bastante con la digestión del británico TSB. Además, BBVA ha entrado en la encomienda de otros desarreglos -como la compra de Catalunya Caixa-, del mismo modo que Caixabank, otro candidato con muchas posibilidades, pero que ya tiene presencia en Andalucía tras la compra de Cajasol. La idea de Medel, en cualquier caso, es colcoar una parte en bolsa y otra parte en venta. Ahora bien, los intentos se ejecutan mediante la curiosa fórmula de los mandatos verbales de venta. Y es que el Gobierno -o sea, el ministro Guindos-, no quiere más bancos en crisis y la situación de Unicaja resulta delicada. Pero no es el único (Liberbark o BMN). El objetivo de la salida a bolsa no tiene otro finalidad que conseguir fondos para tapar uno de sus huecos: devolver las ayudas de 604 millones por la absorción de Banco Ceiss (Caja España-Duero). Unicaja no ha amortizado aún la emisión de bonos convertibles continentes (CoCos). La operación se concreta en una oferta pública de suscripción (OPS) dirigida a inversores cualificados y un horizonte temporal, julio, para ahorrarse un puñado de millones por los intereses que tiene que pagar al FROB. Y a eso se unen la propia singladura de la entidad. Según los últimos datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), en julio de 2016 la exposición de Unicaja (sin tener en cuenta los activos inmobiliarios) asciende a 34.486 millones, tiene una tasa de morosidad de 9,7% (equivalente a 3.333 millones) y está provisionando el 47,9% (1.596 millones). Rafael Esparza