• Las autoridades marroquíes lanzan otra oleada de detenciones de activistas en el Rif.
  • Los manifestantes luchan por reformas en el sistema y mejoras sociales, sanitarias y educativas y piden la liberación de sus líderes.
  • Pero, al fondo, se juega el control del yihadismo y, de postre, la presión islamista sobre las ciudades de Ceuta y Melilla.
Miles de manifestantes de la ciudad rifeña de Alhucemas, en el norte de Marruecos, volvieron ayer jueves a tomar las calles por tercer día consecutivo para reivindicar demandas sociales y exigir la liberación de sus líderes, informa La Vanguardia. En concreto, luchan por reformas en el sistema y mejoras sociales, sanitarias y educativas. Y piden la liberación del líder carismático Naser Zafzafi, detenido el pasado lunes cerca de Alhucemas al lado de otros activistas. Las autoridades han detenido a 20 personas por atentar contra la integridad del reino. La protesta se celebró en el barrio popular de Sidi Abid debido a que la céntrica plaza Mohamed VI, donde 'Al Hirak al Shaabi' (movimiento popular) convoca habitualmente sus manifestaciones, se encontraba completamente tomada por la policía marroquí. La protesta, en la que participaron rifeños de todos edades y sexos, fue dirigida por la activista Nawal Benaisa, la nueva dirigente de Al Hirak que sustituyó al detenido Naser Zafzafi. Zafzafi, de 37 años y que en solo siete meses se ha erigido en líder incontestable del movimiento rifeño, fue arrestado la madrugada del pasado lunes por los servicios de seguridad marroquíes después de pasar más de dos días huyendo de la policía. Los sucesos en el Rif han removido el mundo político en Rabat: distintos grupos parlamentarios (entre ellos los islamistas y el del Istiqlal) han reclamado infructuosamente la comparecencia del ministro del Interior Abdeluafi Laftit en la Cámara de Representantes. También la Cámara de Consejeros (alta) tenía en su programa de hoy una pregunta al gobierno sobre los sucesos del Rif, pero fue retirada en el último momento "por instrucciones desde arriba", según el sitio web alyaoum24.com. En cualquier caso, de cara a los intereses de España, un Marruecos inestable podría perjudicar el control del yihadismo, así como incrementar la presión islamista sobre las ciudades de Ceuta y Melilla. Y no olvidemos que el Régimen de Rabat considera que Ceuta y Melilla son marroquíes. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com