• El secretario de Estado de Finanzas admite que no será convencer de su buena voluntad suiza.
  • Los bancos helvéticos empiezan a reunir los datos de sus clientes extranjeros, que trasmitirán a partir de 2018.
  • Entra en vigor la convención internacional sobre el intercambio de información bancaria que firmó el país.
  • Los bancos suizos el 25% de las fortunas privadas y su aportación el PIB se acerca al 10%.
Los bancos suizos dan desde este lunes los primeros pasos para que el país abandone el secreto bancario, aunque no se despedirá de ese modelo -fuente de grandes abusos para la evasión fiscal- hasta definitivamente 2018. De momento, ha entrado en vigor -ayer domingo, 1 de enero- la convención internacional sobre el intercambio automático de información bancaria, suscrita por el país y que le permite la posibilidad de dejar de ser considerado un paraíso fiscal, un sambenito que le cuelga desde hace décadas. De acuerdo con el sistema establecido por la OCDE, aceptado por Suiza en 2014, sus bancos empiezan desde hoy lunes a reunir los datos de los clientes extranjeros (nombre, dirección, números y dinero de cuentas, ventas y compras de valores, etc.), que transmitirán después a la autoridad fiscal para que los envíe posteriormente, en forma encriptada, a los fiscos de los distintos países. Y esos países harán lo mismo con los activos de los clientes suizos. Otra cosa será convencer a la comunidad internacional de la buena voluntad helvética, como admite el propio secretario de Estado para Asuntos Financieros, Jacques de Watteville, en declaraciones a swissinfo.ch. "Las décadas de tradición suiza del secreto bancario dejan rastros. Algunos países se preguntan si Suiza es realmente sincera". Suiza se ajustará así a las normas internacionales en materia fiscal. El detonante fue la crisis financiera de 2009, que provocó que la evasión fiscal fuera cada vez más indefendible, ética y políticamente, mientras se acumulaban expedientes espinosos. Recuerden el escándalo de la evasión fiscal masiva orquestada desde filial en Ginebra del banco británico HSBC. Hay que tener en cuenta, además, que los bancos helvéticos gestionan el 25% de las fortunas privadas del mundo, que superan los 6 billones de euros, y que el sistema financiero aporta cerca de un 10% al PIB suizo. Hasta ahora, Suiza se acogía al secreto bancario para no proporcionar información bancaria salvo que fuera a petición de otro país con el que tenía un acuerdo para evitar la doble imposición, pero incluso en esos casos, la cooperación no estaba garantizada. Finalmente, Suiza firmó en 2014 la convención, para evitar la pérdida de su condición de centro financiero mundial, y su Parlamento aprobó el acuerdo en 2015 y el tratado fue ratificado en 2016. Los primeros beneficiarios serán los países europeos, así como Australia, Japón, Canadá y Corea del Sur. Para países como India, Brasil, México, Argentina y Sudáfrica, el proceso comenzará hasta un año después. Rafael Esparza