• Habrá que seguir contando con la carísima y peligrosa TV.
  • Los resultados del primer semestre serán modestos pero aceptables.
  • Y mejor el segundo trimestre que el primero.
  • El presidente no quiere ni oír hablar de aumentar el perímetro.
  • Aunque le gustaría mantener el actual.
  • Sólo una excepción: México. Está harto de perder dinero pero no es fácil salir.
  • Y ojo, que seguimos con la amenaza de los Google y los Netflix.
  • Las dos telefónicas. La antigua y la de los 'millennials'. ¿Quién tiene razón? Para Pallete, las dos.
El cónclave de directivos de Telefónica en El Escorial, del que hablábamos en nuestra anterior edición, además de certificar la salida -que acabará por ser forzosa- de Luis Blasco y la no-salida, incluso reforzamiento, de Luis Miguel Gilpérez, supuso una de filosofía y estrategia de los altos cargos. Porque lo que planeaba allí es la progresiva reducción de márgenes, y a veces de ingresos, de todas las telecos mundiales. Un poner, los resultados del primer semestre -sobre todo por el segundo, que el primero fue malo- certificará lo habitual: crecen los ingresos y el ebitda pero al tran-tran. Para mantener la cuota de mercado, el cliente exige cada día más por menos. Y exige, además, la tele, el vídeo, una cosa carísima, horrible, insaciable, donde, encima, se necesita masa crítica (como los bancos, muchos clientes a los que arañar un 0.001%) y con enormes inversiones, tanto en redes como, en el caso de la tele, en contenidos. Pero a ese camión nos hemos subido y de ese camión no podemos bajarnos ya. En cualquier caso, lo que obsesiona a Pallete es el margen. Por eso no quiere ni oír hablar de aumentar el perímetro de la compañía. Tampoco reducirlo. Se trata de que las grandes unidades mantengan la necesaria inversión en redes y en contenido, y el margen cuanto más tiempo mejor. Del único sitio donde hay que salirse es México. Pallete (en la imagen) está hasta el gorro de perder dinero en el primer país de habla hispana. Ahora Slim y ATT libran una lucha a muerte en la que no hay cabida para terceros. Otrosí, además de la reducción de márgenes y, a la postre, de ingresos, preocupa la competencia de los Google y los Netflix. El primero quiere hacer telefonía; el segundo arrasar en TV a la carta. Y ambos se aprovechan de redes en las que las telecos han invertido mucho dinero, así como de la neutralidad en internet, donde Estados Unidos protege a su top ten porque es su punto fuerte, frente a las telecos, que, a pesar de la ATT, no lo es. De puertas adentro, en El Escorial también se manifestó la preocupación por  las dos telefónicas. La tradicional, que no entiende y que a lo mejor es preciso reducir unas plantillas que duplican a la de la competencia, y la de los nuevos 'millennials', incapaces de entender que Google puede permitirse ser Google porque empezó anteayer, y que prescindir de la antigua Telefónica es cargarse a la nueva Telefónica. En cualquier caso, Pallete insiste en la convivencia de ambas. No es fácil. Pero el problema de las telecos, el principal, sigue siendo el mismo que el de la banca con estos márgenes: el negocio ha dejado de ser negocio. Eulogio López eulogio@hispanidad.com