• La multinacional no aclara cuándo (espera un mercado más tranquilo) pero no perderá el control.
  • Se desmarca de sus rivales, General Electric y Philips, que apuestan por la salud pero dejando otros negocios.
  • Siemens quiere compensar la caída de sus pedidos industriales y el horizonte gris de 2017.
  • Cierra un buen ejercicio, aunque gana un 25% menos (5.450 millones) por falta de extraordinarios.
  • Pero eso no evita que siga recortando la plantilla: este año ha despedido a 2.500 trabajadores.
La multinacional germana Siemens necesita dinero para financiar sus inversiones y por eso se plantea la salida a bolsa de su división de Salud (unos 15.000 millones de dólares). Otra cosa es el momento que elija (dependerá de la situación de los mercados) y, en cualquier caso, sin perder el control. Lo ha anunciado el consejero delegado, Joe Kaeser (en la imagen), en el marco de la presentación de resultados del grupo. La divisón de Salud (Healthineers) es en estos momentos la segunda filial más rentable, después de la de software industrial (Digital Factory), y por delante de la de Procesos industriales, que depende del mercado de hidrocarburos y que no ha cumplido el objetivo de beneficios en el último trimestre. La idea de Siemens es fortalecer Healthineers, mientras empieza a notar la caída de los pedidos en otros negocios y peores perspectivas para el próximo ejercicio. Necesita dar sorpresas, además, para mantener la tendencia alcista en bolsa. En dos meses, las acciones han subido un 3,6%, frente al 1,3% de la Bolsa de Fráncfort. También sus dos rivales globales, General Electric y Philips, están apostando por el negocio de salud, pero mientras salen de otros negocios, a diferencia de Siemens. En el caso de la americana, se ha ido de los servicios financieros, y en el de Philips, de la iluminación. El anuncio de Kaeser ha dejado en segundo lugar los resultados de la multinacional. Gracias al acelerador puesto en el último trimestre, ha conseguido uno de sus mejores balances en un ejercicio, o el mejor, como ha dicho el Ceo, si no hubiera sido por las desinversiones en 2015. El año pasado vendió su negocio de audición y su participación en BSH, que le aportaron unos ingresos extras de 3.000 millones. Y a falta de extraordinarios, el beneficio ha caído un 25%, hasta 5.450 millones. Pero tanto la facturación como los pedidos han aumentado un 5% (79.644 millones y 86.480 millones, respectivamente). Pero eso es una cosa y otros los despidos, que en la multinacional se repiten cíclicamente. De hecho, este año, ha anunciado otro recorte de 2.500 trabajadores, sobre todo en Alemania, dentro de su plan de transformación en una "compañía industrial digital". Rafael Esparza