• Porque el futuro del banco supone mucho más que los resultados del primer trimestre.
  • Lo que sí preocupa es que el margen de intermediación caiga y en el negocio típico solo suban las comisiones.
  • La reducción de costes es buena (-18,2%) pero la morosidad es muy mala: sube un 7,5%, hasta alcanzar el 14,91%.
  • Porque en el Popular puede pasar de todo pero hay algo que no puede fallar: el negocio típico. Y ese negocio anda algo plano.
Este viernes, el banco presidido por Emilio Saracho ha presentado las cuentas correspondientes al primer trimestre del año, la verdad es que, si el resultado conseguido es bueno o malo, el esperado o es una sorpresa, va a importar más bien poco dada la situación en la que se encuentra. Al BDE, al BCE, al mercado, al resto del sistema, a todos los que nos movemos alrededor de la economía nos preocupa la situación de solvencia del banco. Estamos en el final del túnel de una reconversión del sistema financiero español, en la que en especial a los contribuyentes nos ha costado un gran esfuerzo financiero con recortes en partidas presupuestarias sociales para que la implosión del sistema no se llevase por delante los esfuerzos de algunas generaciones, y ahora cuando el consenso de la mayoría (siempre hay algunos anti sistemas dentro del sistema) ve que el sacrificio ha valido la pena nos encontramos con la "peladilla" del Popular. Algunos están hablando que el mercado tiene liquidez suficiente para hacerse cargo de la hipotética gran ampliación que requeriría su solvencia, pero primero y de forma inmediata la entidad debe dar a conocer el plan que tiene para su recomposición, cuanto, como y quien debe ser dado a conocer de forma inmediata antes que esta incertidumbre empiece a socavar el camino recorrido para devolver al sistema financiero español a la situación de confianza en la que se encuentra. Respecto a las cifras de hoy más o menos lo esperado un resultado neto de -137M€, después del tremendo descalabro del cierre del 2016, en el que la entidad provisionó por diferentes conceptos unos 6.200M€, 1.452 de ellos por deterioro de inmuebles, recuerdo que incluí un comentario de que albergaba la esperanza de que no quedase una "peladilla" que saliese en el 2017, pues bueno, por el tamaño no sé cómo calificarlo, pero en este trimestre han tenido que provisionar 496M€ más por este concepto que presenta un volumen de inmuebles improductivos en balance que asciende a 15.937,0M€, por lo que abreviando el resultado negativo básicamente viene dado por este motivo. Por cierto la entidad ha tenido que re expresar sus cuentas referidas a 2016 y añadir 140,8M€ más al deterioro de activos financieros con lo que el resultado del ejercicio ha sido de -3.611,3M€, sin ser sarcástico, no venía ya de esto. El resto de la cuenta de resultados con cifras bastante planas, el margen de intereses con 499,6M€ que supone -9,4% respecto a 2016, el margen bruto con 679,8M€ (-18,2%), donde las comisiones mantienen su nivel con un ligero descenso del 0,8% y solo destacan los resultados por operaciones financieras que se aportan 85,8M€ menos que en 2015. En el capítulo de gastos de administración el plan de reestructuración de personal, ha permitido una reducción de costes cifrada en 47,7M€ en términos porcentuales -18,2%. Las provisiones netas se han reducido en 34,5M€ pero las provisiones para insolvencias se han incrementado en el periodo interanual en 3.167,9M€, la cifra de morosidad igualmente ha crecido en un 7,5%, situándose en un ratio del 14,91% (12,68% el primer trimestre de 2016), situándose en una de las más altas del sistema y muy lejos de la media de la banca nacional del 9,1%. Pero a pesar de estas cifras, la preocupación, como ya he dicho antes no viene por una cifra concreta de la cuenta de resultados, si es mejor o peor, sino por la situación de solvencia de la entidad en descenso los tres ratios, desde el primer trimestre de 2016 casi tres puntos CET 1 y los otros dos cercano a dos puntos, y un patrimonio que en el último año se redujo en 70,5M€ con una ampliación de capital por medio de 2.505M€ en el mes de junio pasado. Como ya venimos viendo todos, el tiempo se acaba, no puede seguir el deterioro de la entidad que debe tomar una determinación inmediata sobre que va a ser de ella, cierto es que actitudes como la del presidente del BBVA Francisco González, publicando valoraciones del Popular para desestabilizar su precio y probablemente hacer una oferta de fusión -sería la segunda- a la baja no ayudan, pero cuanto más se tarde, este tipo de actitudes puede crecer. Ni el sistema ni los que pagamos su reflotación nos merecemos esta incertidumbre que puede prender, quien sabe, una segunda crisis de confianza. Curiosamente, a la hora de cerrar está crónica la acción del banco después de una bajada a su apertura ha vuelto a la cotización de cierre de ayer, ¿será que esperábamos unos resultados peores? Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com