• GNF se resiente durante el primer trimestre en el beneficio, que cae un 9,4% (298 millones).
  • Las ventas crecen un 8,3%, insuficiente para compensar el aumento del 14,7% de los aprovisionamientos.
  • La inflación en algunos países hispanoamericanos eleva un 4,1% los gastos de explotación.
  • El grupo reduce un 2,2% la deuda financiera neta (15.464 millones), a un coste medio del 3,9%.
La semana pasada, previo a la junta general de accionistas de Gas Natural, su consejero delegado, Rafael Villaseca, ponía el dedo en la llaga sobre los problemas que arrastra el sector eléctrico en España y reclamaba un nuevo marco regulatorio para el sector. La situación quedaba clara también a la luz de los resultados de Endesa, pero la solución a lo que Villaseca plantea de forma clara no llega ni del Gobierno ni del sector. La alta carga impositiva que aguantan las empresas energéticas españolas, que se cifra en un 28% del precio de la energía, y que encima opera sobre unos precios del pool que son los más bajos de Europa (39,6€ Mw/hora), no lleva a una conclusión evidente: al final, resulta más rentable importar que producir (destinando menos recursos al CAPEX). Entrado ya en los resultados trimestrales GNF, en beneficio neto asciende a 298 millones de euros (M€), un 9,4% menos, aunque hay que tener en cuenta que en ese periodo no consolidó la filial colombiana Electricaribe, por lo que el descenso en el resultado sería del 8,3%. A pesar que las ventas han crecido un 8,3%, el margen bruto se sitúa en 1.796M€, un 5,2% inferior, por el incremento en un 14,7% de los aprovisionamientos. En la comercialización de gas, crecieron un 22,9% por la escalada de precios del petróleo y derivados -después de una época en la que los acuerdos de los países productores dieron un respiro al mercado-, y en la producción eléctrica, un 8,3%. En España, debido a una situación climática que ha influido muy negativamente a la producción hidráulica, un 75,4% inferior a la del 2016 y que ha hecho crecer un 8,3% los aprovisionamientos. Los gastos de explotación también crecen, pero de forma contenida los de personal (1,2%) y el resto, un 4,1%, debido a la situación inflacionaria en algunos países hispanoamericanos. Las amortizaciones, dotaciones y perdidas por deterioro se han reducido en 39M€, por lo que el resultado de explotación se cierra en 651M€, 73M€ menos que en 2016 (-10,1%). El resultado financiero de la compañía se reduce un 13,1% por la salida del perímetro de consolidación de Electricaribe y la reducción de los tipos en las refinanciaciones de la deuda. El coste medio de la deuda se ha situado en un 3,9% y un 73,5% del total está acordada a tipo fijo. La deuda financiera neta queda en 15.464M€, un 2,2% menos que en el primer trimestre de 2016. La situación de Electricaribe afecta, como se ve, de forma negativa a una cuenta de explotación, sujeta a demasiados factores externos y difíciles de prever. Parece increíble que se expropie un negocio en el que se han invertido más de 800M€, y sobre el que han caído impagados por más de 1.300M€, por el fraude, y más de 350M€ de por clientes protegidos a los que por ley no se les puede interrumpir el suministro. Es tan grave la situación que parece que ha merecido la mediación del propio Rey Felipe ante el presidente colombiano Santos. Merece un comentario la entrada en la compañía del fondo estadounidense GIP, con un 20% del capital comprado a Criteria Caixa y a Repsol. La operación refuerza la importancia de GNF en el mercado internacional, tratándose de un fondo tan importante. Por último, indicar que se ha iniciado la construcción de los primeros siete parques eólicos de la compañía con una inversión de 40M€. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com