Este jueves, Renfe ha dado a conocer sus resultados de 2017 y su presidente, Juan Alfaro, sonríe, porque ha logrado el primer beneficio sin extraordinarios de su historia. Por tanto, el operador ferroviario no le quita el sueño, pero sí el tema de la M-30, que aún no se ha cerrado.

Alfaro fue consejero de Madrid Calle 30, la empresa encargada de mantener los túneles de la M-30 cuando se hizo el ‘megaproyecto’ siendo Alberto Ruiz Gallardón alcalde de la capital. Recuerden que el Ayuntamiento de Madrid llevó a cabo una comisión de investigación por las obras y el mantenimiento de la M-30, yendo contra Gallardón e intentando involucrar a Alfaro.

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La citada comisión de investigación terminó a finales de noviembre, concluyendo que las obras de la M-30 “fueron ilegales” y señalando al equipo de Gallardón como responsable directo, a la par que apostaba por remunicipalizar Madrid Calle 30.

Eso sí, quedó por ver si Manuela Carmena tomaba acciones legales contra Gallardón y su equipo. Ahora, casi cuatro meses después, la alcaldesa aún no ha movido ficha al respecto, pero no descarta la opción y podría llevarla a la práctica pronto, según han confirmado fuentes del consistorio madrileño a Hispanidad.  

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Pasemos a los resultados de Renfe. El operador público ferroviario ha tenido un beneficio neto de casi 70 millones de euros en 2017 (69,84 millones, concretamente), logrando las primeras ganancias de su historia sin extraordinarios:

  1. en 2016, los resultados pasaron a pérdidas (-35,86 millones) al reformular las cuentas debido a la provisión realizada por la multa de Competencia a Renfe Mercancías
  2. en 2015, los beneficios se debieron a los ingresos derivados de un acuerdo de uso de suelos con Adif

La mejora del beneficio se ha debido especialmente al aumento de viajeros (+16,5 millones hasta un total de 488 millones), sobre todo de AVE (+1,4 millones, hasta el récord de 36,5 millones). Además, ha subido el número de mercancías transportadas y todo ello, se ha notado también en el beneficio bruto de explotación (Ebitda), que ha pasado de 466,77 millones a 489,48 millones.

Los ingresos han ascendido a 3.578,88 millones, superando los 3.228,15 millones de 2016. Pero también han crecido los gastos, pasando de 2.761,38 millones a 3.089,41 millones. Estos aumentos se explican, en gran parte, por el cambio en el criterio contable de las aportaciones del Estado a las OSP (Obligaciones de Servicio Público de Cercanías y Media Distancia): antes de 2017, Cercanías y Media Distancia no pagaban canon por el uso de la infraestructura a Adif, sino que lo hacía el Estado, pero desde ese año es el Estado el que paga a Renfe lo que daba a Adif y es la operadora la que se lo paga al gestor de infraestructuras ferroviarias. Este cambio tiene un efecto neutro, es decir, no tiene impacto en las cuentas.

Al hilo de esto, conviene destacar que los cánones y servicios pagados a Adif han ascendido a 988,28 millones, superando los 701,74 millones abonados en 2016. El incremento se explica porque antes lo pagaban sólo los trenes de AVE y Larga Distancia, pero ahora también lo abonan los de Cercanías y Media Distancia