• El primer debate serio de la legislatura se convirtió en un triste espectáculo.
  • Los cuatro líderes políticos utilizaron el drama de los refugiados para insultarse y hacer demagogia.
  • El más violento fue Pedro Sánchez, el más pedante Pablo Iglesias, el más despectivo, Albert Rivera…
  • Y el que más habló y menos dijo, Mariano Rajoy.
El primer debate serio de la legislatura sin Gobierno (¡Que gozada!), dedicado a los acuerdos europeos sobre la posible salida de Reino Unido y sobre la crisis de los refugiados -la parte más relevante- demostró la mezquindad y el cainismo que reina en la política española. Los cuatro líderes -Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera (en la imagen)- no dieron la talla. Utilizaron demagógicamente el drama de los refugiados y aprovecharon uno de los asuntos más candentes de la actual Unión Europea en clave doméstica, para insultarse y tirarse los trastos a la cabeza. Mariano Rajoy fue el que más habló y el que menos dijo. Los otros tres le acusaron de ponerse de perfil ante tragedia y tienen razón. Rajoy siempre se excusa en las necesidades de Europa para no mover un dedo. Pedro Sánchez en su línea. Cada vez más violento, más incendiario: el contrario es idiota y él es perfecto. Pablo Iglesias es el comunista más pedante de Europa: no sorprendió. El jacobino Albert Rivera se muestra cada vez más despectivo y cada vez más ansioso por tocar poder. Junto a ellos el pelotón de ególatras y semimajaderos en que se ha convertido el Congreso, cada día más semejante a un circo de rarezas. Los dos más lógicos, he dicho lógicos, no certeros, fueron los dos nacionalistas presuntamente moderados: Aitor Esteban por el PNV y Francecs Homs por Democracia y Libertad, antes CiU. Si esto va a ser la legislatura el panorama se muestra sombrío. Eulogio López eulogio@hispanidad.com