• Y todo gracias a lo bien que va la filial brasileña Moderna.
  • Moderna ha marcado el nuevo modelo para el negocio del libro de texto: un anfibio entre lo vegetal y lo digital.
  • La transición que no ha logrado la prensa puede conseguirla la escuela.
  • Por ejemplo, al combinar el mantenimiento del libro de texto clásico con recursos digitales.
En PRISA, se vive un duelo de titanes entre César Alierta y Ana Botín por el control, mientras en el plano económico las cosas mejoran pasito a paso. Tras la ampliación de capital, ahora las miradas están en la operación de Media Capital y parece que llegará a buen puerto. Claro que la mejor noticia es el giro copernicano que se ha dado respecto a Santillana: la venta de la joya de la corona está totalmente descartada. ¿La razón? Gracias a lo bien que va su filial brasileña, Moderna. Esta parece que está marcando el nuevo modelo para el negocio del libro de texto: un anfibio entre lo vegetal y lo digital. Por tanto, la transición que no ha logrado la prensa puede conseguirla la escuela: por ejemplo, al combinar el mantenimiento del libro de texto clásico con recursos digitales (la tablet, el Portal Educacional -un espacio de apoyo al profesor y al estudiante con materiales-, etc.). "Antes, en Santillana, elaborábamos casi exclusivamente libros de texto; ahora construimos potentes proyectos educativos", señaló Teresa Grence, directora de contenidos de Santillana España, hace unos meses en El País. Y todo ello gracias a "la llegada de la tecnología a las aulas" o las nuevas metodologías. Santillana va muy bien, como se ha visto en los resultados de 2017, con aumentos en los ingresos de explotación ( 3,7%) y en el Ebitda ajustado ( 8,5%). En concreto, los ingresos han ascendido a 656,2 millones de euros, de los que España ha aportado 121 millones y el área internacional, 531,4 millones; mientras en Ebitda nuestro país ha generado 25,4 millones y fuera de este, 161,7 millones. Además, de los 1.421,6 millones de deuda de PRISA a fecha del pasado 31 de diciembre sólo 9,3 millones eran de Santillana. Claro que en el citado giro copernicano también hay que tener en cuenta que Juan Luis Cebrián ya no es presidente de PRISA, sino que esta silla la ocupa ahora Manuel Polanco. Recuerden que el año pasado Janli intentó vender Santillana al fondo Rhône Capital, a pesar de que ofrecía menos (1.300 millones) de lo que podían los accionistas y acreedores del grupo. Unos meses después, Polanco se hizo con la primera silla (donde se sienta oficialmente desde el pasado 1 de enero) y paralizó su venta. Además, no hay que olvidar que tras la ampliación de capital de 563 millones realizada en PRISA y si acaba con éxito la operación de Media Capital, la deuda se reduciría hasta los 661 millones. Una muy buena noticia para el grupo. Cristina Martín cristina@hispanidad.com