• El presidente del Sabadell ha presionado al de Bankia para llegar a una fusión.
  • Pero Goirigolzarri ya se ha quitado la careta: quiere volver a Bilbao como jefe de su antigua casa.
  • Y FG lo que quiere es no jubilarse.
  • Ahora dispone de un nuevo ministro de Economía que ha trabajado para él.
  • Veremos qué fuerza tiene el ex del BEI en el BCE, donde va a aterrizar Luis de Guindos.
Josep Oliu no se da por vencido, y menos ahora que José Ignacio Goirigolzarri ha reabierto el capítulo de fusiones bancarias en España. El presidente del Sabadell lo intentó en su día con el Popular de Ángel Ron, pero aquello no fraguó. Ahora insiste: quiere fusionarse con Bankia. Porque, como dijo el mismo Goiri en el Financial Times, Bankia es una "buen combinación para todos". Pero el presidente de Bankia tiene otros deseos bien distintos y los mostró en esa misma entrevista en Londres: quiere volver a Bilbao como jefe de su antigua casa y de la que le echó Francisco González en 2009, cuando era consejero delegado y aspiraba a sustituir a FG en la Presidencia del banco. Las pretensiones de fusión de Oliu y Goiri chocan con la aspiración de FG: continuar al frente del BBVA incluso después de cumplir 75 años, en octubre de 2019. Hasta el momento, el mandato del BCE es claro: a los 75 te marchas. Pero FG no tira la toalla y busca alternativas. Por ejemplo, fusionarse con un banco europeo, algo que el BCE miraría con muy buenos ojos y podría admitir como moneda de cambio para que FG permaneciera unos años más en la picota del sector financiero. Cosa distinta es una fusión en España, concretamente con Bankia. No por nada, sino porque su intención de quedarse choca frontalmente con el objetivo de Goiri. Ahora bien, la llegada de Román Escolano al Ministerio de Economía puede cambiar el rumbo de los acontecimientos. No en vano, antes de trabajar en el ICO y ser vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Escolano trabajó a las órdenes de FG cuando entró en el banco en 2004. Y no acabaron mal, ni mucho menos. Por eso, ahora nadie duda de que FG aprovechará su nombramiento para intentar que el Gobierno presione al BCE para que le permitan quedarse. Un BCE que recibirá a Guindos a finales de marzo. Habrá que ver entonces qué fuerza tiene Escolano y hasta qué punto Guindos es un apoyo o un obstáculo para alargar su mandato. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com