• Se dota de herramientas informáticas para localizar las grandes fortunas y la economía sumergida.
  • Cruzará todos los datos de los que dispone para encontrar las contradicciones en los declarantes.
  • Las sociedades pantalla o los grandes evasores lo tendrán más difícil para escapar al control.
  • Para encontrar bolsas de fraude, utilizará también el IVA y las visitas sorpresa a los establecimientos.
La Agencia Tributaria se pone las pilas para combatir el fraude fiscal especialmente entra las grandes fortunas y la economía sumergida. Para ello se ha dotado de herramientas informáticas más sofisticadas -una especie de contenedor de big data- y bucear así entre datos con el fin de conocer con más precisión los patrimonios personales. Hacienda se protege de ese modo de los sinsabores que le ha provocado la última amnistía fiscal. A eso se unirán nuevos cruces de datos con otros países, pero con el mismo objetivo: mezclar información y apuntar el foco de la inspección con más virtuosismo. De hecho, a las 54 distintas jurisdicciones con las que ya cuenta, añadirá otras 47 el próximo año, en el marco del Acuerdo FATCA sobre residentes españoles titulares de cuentas en Estados Unidos. Por ahí van los nuevos disparos de la Agencia Tributaria, según las explicaciones que ha dado su director, Santiago Menéndez (en la imagen), durante la presentación de plan de control tributario de 2017. En fin, la Agencia cuenta con mucha información, pero utilizará mucha más porque con los instrumentos actuales se escapa, en ocasiones, la radiografía necesaria en la que no coinciden los patrimonios declarados con los patrimonios reales. Pagan ahí, además de las casillas 720 (bienes en el exterior) y 750 (amnistía fiscal), o los datos sobre patrimonio, sucesiones o donaciones declarados en las autonomías, otros muchos datos para detectar empresas pantalla o los trasvases de capital para evitar el control. Se trata, además, de fortunas que no disponen de un asesoramiento audaz para no ser detectados. Para detectar el fraude en la economía sumergida, Menéndez ha explicado que se reforzará el control a través de peinados del IVA, con visitas a los establecimientos con venta al público que son más proclives a esconderse. Vale para ese aspecto, como para acotar las grandes fortunas, la atención al control de entidades que operan internacionalmente en el ámbito de la economía digital, en relación con la posible existencia de acciones tendentes a excluir a España del pago de los impuestos directos debidos. Rafael Esparza