• La reconversión era la única alternativa para Nissan en su alianza con Renault en Castilla y León.
  • Los trabajadores aceptan las condiciones laborales de Renault con una serie de compensaciones.
  • Cobrarán menos y el que no quiera seguir podrá acogerse al plan de bajas incentivas (50 días por año trabajado).
  • La tensión en las negociaciones ha durado hasta el final, agotando plazos. La otra opción era el cierre.
Hay acuerdo finalmente para evitar el cierre de la planta de Nissan en Ávila (en la imagen), en la que trabajan 91 personas. Eso sí, la negociación no ha sido fácil y se ha alargado hasta la madrugada (el plazo vencía ayer miércoles). Así las cosas, la planta, que hasta ahora ensamblaba camiones, cambia de actividad, se integra en el convenio laboral de Renault y pasará a fabricar, a partir de 2020, piezas de recambio para Renault y Nissan. Era la condición firme de la empresa, que había hecho sus cálculos para la viabilidad, dentro de la alianza con Renault en Castilla y León, y que había amenazado, si no se alcanzaba un acuerdo, con el cierre de la planta en diciembre. Nissan concretó su posición desde la primera reunión, celebrada en mayo, entre el comité de empresa y el vicepresidente de la marca en España, Alan Johnson. Y ese jueves ha vuelto a insistir en que el plan industrial firmado en el preacuerdo es "la mejor opción" para que la planta siga abierta. La transformación de la planta de Ávila era la salida que se juzgó más oportuna también desde Renault, teniendo en cuenta la caída de demanda del camión que se produce en esa ciudad, el NT 400 y la inviabilidad para producir el modelo NT 500. En concreto, la propuesta para Ávila partió de José Vicente de los Mozos, presidente de Renault España y responsable mundial de fabricación del grupo francés, dentro de la alianza con las tres plantas de Renault, dos en Valladolid y otra en Palencia (12.000 empleados en total). Despejada esa incógnita, Ávila se transforma en la única planta que fabricará y distribuirá los recambios para los clientes de Renault y Nissan en Europa. Dejará de producir el NT 400 dentro de dos años y entrará con su nueva actividad en 2020. El principal punto de discordia en la negociación con el comité de empresa estaba en la aceptación del convenio laboral de Renault, lo que suponía una pérdidas de hasta el 30% del salario, en función de la reconversión. El acuerdo respeta los derechos de antigüedad (con un máximo de cinco quinquenios) y marca un el impacto económico similar para toda la plantilla, que recibirá un bono compensatorio (3,5 veces la perdida de salario del trabajador). Además, teniendo en cuenta que la caída de la demanda del NT400, lo que puede dar lugar a un excedente laboral, la dirección se ha comprometido a garantizar el empleo de todos y a minimizar los traslados vía ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo para formación) con un complemento hasta el 100% del salario. Y para los que no quieran, un plan de bajas incentivas de 50 días por año trabajado. Rafael Esparza