Nestlé y Unilever han presentado, este jueves, los resultados en el primer trimestre, con un común de denominador: dejan atrás el quebradero de cabeza que les ha supuesto la caída de demanda en los dos últimos años, que en Europa sigue, lo que puede despertar de nuevo su apetito comprador para mantener sus imperios de alimentación. Pero en los dos caso se han limitado a las ventas, sin entrar en el beneficio.

El gigante anglo-holandés sigue atareado todavía por las consecuencias del asalto frustrado de Kraft-Heinz (rechazó una oferta de 143.00 millones), le que le ha llevado vender algunos negocios, como la división de margarina, y a cambios en su estructura corporativa.

El cambio de sede de Unilever (de Londres a Rotterdam) no ha sido aprobado aún por los accionistas

Las principales quejas vienes de sus accionistas anglosajones, molestos con la escasa rentabilidad, y también por el traslado de la sede central de Londres a Rotterdam (Holanda). Ese cambio no ha sido aprobado aún por los accionistas.

Tras el resultado en el primer trimestre, el grupo mantiene la previsión de elevar la facturación entre un 3% y un 5% este año, según el consejero delegado, Paul Polman, aunque en el primer trimestre las ha reducido un 5%, hasta 12.600 millones de euros, debido en gran parte al castigo por el tipo de cambio en las monedas que más le afectan (euro y dólar, la rupia indonesia o india y el real brasileño).

Nestlé confirma la previsión para el año, como Unilever, pero ya ha comenzado a comprar (Atrium y Tierrafertil)

Sin ese efecto, hubiera aumentado un 3%, lo previsto por los analistas, sobre todo por las ventas en países emergentes Turquía y Pakistán y también en China, EEUU e Hispanoamérica. Ahora bien, en Europa sigue sufriendo por la débil demanda de consumo y la presión a la baja sobre los precios, sobre todo en Francia.

La situación de Nestlé, con los resultados en el trimestre, es distinta: las ventas aumentan un 1,4%, hasta 17.750 millones de euros, más de lo previsto, y recogen un crecimiento orgánico del 2,8%. Los tipos de cambio han restado 1,6% a sus ingresos, que compensa con el ahorro en costes (585 millones de euros).

Como Unilever, también ha confirmado la previsión de crecer en el año entre un 2% y un 4%. El gigante suizo, sin embargo, ya ha comenzado a comprar (la canadiense Atrium y la ecuatoriana Tierrafertil, no concluida), con un efecto positivo (0,2%). Ha completado la venta del negocio de confitería de EEUU y espera hacer lo mismo con el negocio de aguas en Brasil.

El consejero delegado del grupo suizo, Mark Schneider, ha destacado el crecimiento en todos los países, frente a la adaptación de los precios, “moderada”.