• La juguetera dio portazo a la petrolera angloholandesa tras la campaña ecologista contra las exploraciones en el Ártico.
  • Y ahora inaugura un parque eólico con 78 aerogeneradores en el Mar del Norte.
  • Su objetivo: que todas sus plantas se 'alimenten' de energía eólica en 2020, aunque no descarta nuevos proyectos.
  • Lego ha aportado el 31,5% de la inversión, unos 400 millones, de la mano de la energética danesa Dong (50%).
  • A Lego le encantan los 'ambientalistas': en 2013 se unió a la iniciativa contra el 'cambio climático' de WWF.
La empresa danesa de juguetes Lego -conocida sobre todo por sus ladrillos de plástico multicolores para construir figuras-, se apunta también a la energía verde. No parece un capricho pasajero. La semana pasada (viernes, 9) inauguró su primer parque eólico en el Mar del Norte, a 54 kilómetros de la costa alemana. Lego ha invertido 400 millones de euros en el proyecto, la tercera parte de lo que ha costado la instalación, con 78 aerogeneradores. La empresa da así un paso más, significativo, en su empeño de prescindir poco a poco de otras fuentes de energía, especialmente del petróleo. De hecho, su objetivo es más amplio: prevé que dentro de cinco años, en 2020, sus plantas no se alimenten de otra energía más que no se eólica. Hace un año cedió a las presiones de los ecologistas de Greenpeace y anunció que no renovaría el contrato de suministro con la petrolera Shell. Greenpeace lo celebró como un éxito de la organización: la petrolera angloholandesa estaba en su lista negra tras el anuncio de sus perforaciones en el Ártico en busca de petróleo. Posteriormente desistió. ¿Fue sólo un gesto de cara a la galería de los que obligan a pensar en verde, como en el anuncio de la holandesa Heineken? En parte sí, y en parte no. Ninguna empresa se lanza a nada si no tiene un cálculo económico previo y Lego lo tenía. Por otro lado, también es cierto que la estrategia de marketing del fabricante de juguetes pasa porque se le vincule al cuidado del medio ambiente. En 2013, por ejemplo, se asoció a WWF (World Wildlife Fund) en la iniciativa Climate Savers y se comprometió a reducir sus emisiones de CO2 y a mejorar su eficacia energética. El paso dado con el parque eólico de Borkum Riffgrund, sin embargo, no hace descabellado pensar que la empresa se esté planteando algo más. Lo confiesa enigmáticamente, en declaraciones a Deutsche Welle Jørgen Vig Knudstorp (en la imagen), el primer ejecutivo de la multinacional juguetera: "Estoy convencido de que seguiremos explorando otras iniciativas, pero de momento no puedo anunciar ninguna". El grupo Lego, propiedad de la familia Kirk Kristiansen, dio los detalles del proyecto Borkum Riffgrand en febrero, cuando las primeras turbinas empezaron a producir electricidad. La idea es que produzca la electricidad equivalente para abastecer a unos 320.000 hogares en Alemania. El parque ha sido construido por la principal energética danesa Dong Energy, con intereses también en el norte de Alemania. Dong posee el 50% de las acciones. El otro 50% se lo reparten Lego, con 31,5% de los títulos, y la fundación William Demant Invest. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com