• La baja rentabilidad amenaza el negocio y empuja las uniones.
  • Pero ninguno de los grandes bancos quiere tomar la iniciativa.
  • Tampoco ayuda la ausencia de Gobierno y la incertidumbre regulatoria.
  • La que parece más inmediata, la absorción de BMN por Bankia.
  • Sin olvidar que Ibercaja ya se ha puesto a la venta.
Es indudable que la siguiente ronda de fusiones bancarias llegará en algún momento aunque, por ahora, pueden esperar. No queda otra. Y eso a pesar de que la poca rentabilidad que ofrecen las entidades, castigadas por los bajos tipos de interés, anima las uniones. Sin embargo, el sector no lo tiene tan claro, sobre todo las grandes entidades. Ninguno de los siete bancos del Ibex (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell, Bankinter y Popular) quiere tomar la iniciativa, al menos de momento. Es decir, no se moverán de su actual posición hasta que no haya un ministro de Economía en activo, no en funciones, y hasta que no se aclare el marco regulatorio, cosa que no sucederá hasta finales de año. Me dirán que en los últimos meses sí ha habido intentos de fusión, y es cierto. Por ejemplo, la visita (no oficial) de Jaime Gilinski al BBVA para intentar la venta del Sabadell, o el ofrecimiento de Unicaja al Popular. Sí, movimientos ha habido, pero ninguno se ha concretado. La operación que parece más inmediata es la absorción de BMN por parte de Bankia. Una ventaja: las dos están nacionalizadas, es decir, tienen un mismo dueño, el Estado. En contra, las reticencias de José Ignacio Goirigolzarri. A pesar de las sinergias geográficas entre las dos entidades, al presidente de Bankia le preocupa que se resienta la cotización de Bankia. Eso sin entrar en detalles de la situación económica de la propia BMN. El último banco que se ha movido ha sido Ibercaja. Como adelantó Hispanidad, Deutsche Bank tiene, desde el mes de junio, la orden de venta de la entidad aragonesa, aunque lo cierto es que Franco no cierra ninguna otra puerta, tampoco la de la salida a bolsa. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com