• En España, la generación de eólica y solar ha crecido en diez años del 13% al 30% por las subvenciones.
  • En la misma línea que otros países europeos y a distancia de otras regiones (en EEUU, del 3% al 9%).
  • Pero es un mito que en el caso español pueda recoger el peso del resto de las energías.
  • El debate está en cómo cumplir con los objetivos de Bruselas, para lo que es necesaria la nuclear (limpia).
La evolución en la última década de las llamadas energías verdes es un hecho, como prueba el gráfico publicado la semana pasada por Bloomberg New Energy Finance (BNEF). Ayuda a hacerse una idea del peso relativo de las renovables, aunque ahí se da cuenta de la generación (que no producción) de dos de ellas, la solar y eólica, la más incentivada con ayudas públicas. Quedan fuera, por tanto, las solar térmica o la hidráulica, que en España, por ejemplo, tuvo en 2016 más más peso específico que las anteriores. Y en la década en su conjunto, la generación por esa vía pasado del 13% al 30%, también porque ha sido, respecto a otros países, una de las fuentes de energía que más dinero público ha recibido. España, según el gráfico, está en la misma línea que otros países europeos (Alemania, Gran Bretaña o Italia), y como el resto de los países europeos también, muy por encima del resto de regiones económicas repartidas entre continentes. Es cuestión de subvenciones. Ahora bien, deja claro también que las renovables no serían suficientes para sostener la transición del modelo energético sin otras fuentes de energía, descartado el carbón por razones medioambientales (contaminación). Es ahí donde entra la energía nuclear, con una aportación en 2016 del 22,9% al sistema energético. El debate está sobre el tablero. Alemania, por ejemplo, ha decidido abandonar definitivamente la energía nuclear en 2020. En el caso español, como en el resto, hay que cumplir los objetivos marcados por Bruselas (20% de energía renovable en 2020 y cero emisiones en 2050) pero cómo. Sin la energía nuclear -limpia como la renovable-, enormemente complicado. Entre otras cosas, porque las centrales nucleares funcionan todo el día y la fotovoltaica y la eólica sólo cuando brilla el sol o se mueve el viento. Lo recordaba la semana pasada José Bogas, consejero delegado de Endesa -en el marco de la junta de accionistas-: "Si sustituimos esas nucleares por ciclos combinados, con un periodo de vida de 30 años, en 2050 tendríamos emisiones y la tarifa eléctrica subiría unos 10 euros por MWh". Rafael Esparza