• Marco Antonio Slim ha preparado los cambios para colocar a un español, Pablo Colio, como consejero delegado.
  • Sus dos hombres de confianza son Gerardo Kuri Kaufmann (Portland y Realia) y Alejandro Aboumrad, sobrino político.
  • Las tensiones en FCC llegaron hasta México, lo que provocó el relevo de Jarque y la salida como consejero de Martínez Parra.
  • Hay dos divisiones que funciona muy bien, Medio Ambiente y Agua, que contrastan con la debilidad de Construcción.
  • La encomienda para Pablo Colio es relanzar Construcción (contratos) para ayudar a Aqualia y al negocio ambiental.

El Consejo de Administración de FCC nombró por unanimidad, como saben, a Pablo Colio (en la imagen), consejero delegado en sustitución de Carlos Jarque, el 12 de septiembre. Del nuevo al anterior todo fueron buenas palabras, como es lógico, pero el relevo visualiza, no sólo las divisiones internas que había en el grupo, sino también un cambio generacional en seno del imperio de Carlos Slim, principal accionista de la constructora. O si lo prefieren: empieza en FCC el primer movimiento en la transición del grupo, del que empiezan a encargarse más los hijos que el padre (todos ellos en la imagen), sin que eso quiera decir que Carlos Slim se haya apartado. La iniciativa del relevo parte, en concreto, del segundo de los hijos del magnate, Marco Antonio Slim Domit, o Tony, de quien depende el brazo financiero y también la relación con FCC. Es presidente del Grupo Financiero Inbursa, entre cuyos accionistas está Criteria, además de consejero en otras sociedades vinculadas a Slim padre o al imperio Slim. En paralelo, Tony ha contado para decidir con dos hombres de su confianza, en el mismo paralelo de edades: los mexicanos Gerardo Kuri Kaufmann, consejero delegado de Cementos Portland y consejero de FCC, y Alejandro Aboumrad, también consejero, y ya presidente de la comisión ejecutiva del grupo. Y ellos han influido también en que el director financiero, Miguel Ángel Martínez Parra, haya dejado de ser consejero. Toni está en el reparto de responsabilidades, del mismo modo que sus dos hermanos, el mayor, Carlos Slim Domit, de quien depende la parte de telecos -preside, en concreto, América Móvil y Telmex y es consejero en otras- y el tercero, Patricio Slim, vicepresidente de Grupo Carso y América Móvil y presidente de Ferrosur, entre otros cargos. Las hijas, tres, se dedican a la responsabilidad social. Con la salida de Carlos Jarque se avanzaba algo más, por tanto, que el cambio de ciclo pregonado en la última junta de accionistas de FCC. Jarque sigue ahora como consejero dominical, mientras que Colio asume el mando, con un perfil industrial y técnico, mirando al exterior, para relanzar la división más débil por sus frutos, la de Construcción,  cuya jefatura asumió en enero de este año. Pero el relevo no oculta, en paralelo, las tensiones en el seno del grupo desde hace meses, que llegaron hasta México. El ritmo de las tres divisiones de FCC no es el mismo, por la debilidad en construcción, mientras se le exige todo a las de Medio Ambiente, que preside Agustín García Gila, y de Agua, con Félix Parra al frente. Uno de los puntos álgido de ese debate se desató tras la emisión de bonos por 1.350 millones de FCC -dentro del proceso de refinanciación- pero con Aqualia como garantía, lo que no sentó nada bien a su equipo directivo de esa filial. La operación probaba dos cosas, no sólo que Carlos Slim no estaba dispuesto a poner más dinero en FCC, sino también que no se atendían las necesidades de inversión reclamadas para que no eran Construcción, o sea, Medio Ambiente y Agua. La consigna en el grupo, de hecho, era que el grupo manda y las filiales obedecen -o sea, lo importante es el grupo (el todo), aunque los problemas los tenga FCC- pero esa realidad ha restado, en paralelo, las oportunidades internacionales de FCC, tanto en medio ambiente como en agua, por la falta de contratos de la división de construcción. Rafael Esparza