• Se pongan como se pongan, sería liquidar el que fuera el banco más rentable del mundo.
  • En cualquier caso, antes Saracho venderá todos los activos posibles para sanear el balance.
  • Incluido el Banco Pastor.
  • Luego vendrá la gran decisión: mantener la independencia o traspasarlo, en lo que Saracho llama la 'independencia renovada'.
  • O sea, vender el Popular. Al Santander, al BBVA, por trozos… o incluso a un extranjero o a un fondo buitre.
  • Y se les haría un traje a medida.
  • Esperemos que se opte por mantener la firma.
  • La pregunta es: ¿para qué ha venido Emilio Saracho al Popular? ¿Para sanear o para liquidar?
  • Y a renglón seguido, dimite el Ceo, Pedro Larena, por falta de confianza del presidente.
Podemos empezar por el final. ¿A qué ha venido Emilio Saracho (en la imagen) a la Presidencia del Banco Popular? ¿A sanearlo o a liquidarlo? Porque el problema de fondo es si Saracho, procedente del gigante JP Morgan, esto es, de Morgan-Chase, cree en la banca doméstica y en la banca local, que no global. Veamos: fuentes próximas al nuevo presidente de Banco Popular aseguran que la fusión de entrada, sí ha sido rechazada de pleno. Ahora bien, a partir de ahí se abre una bifurcación con su correspondiente alternativa. Ambos caminos suponen la venta de los activos ya descritos en Hispanidad: filiales USA, Portugal y México, tarjetas Citi, y ojo, Banco Pastor. Y con ello, sanear la cartera inmobiliaria cuando nos enteremos de cuál es la realidad de esa cartera, claro está. Ahora bien, para eso tiene todo el año 2017, lapso que le ha concedido el BCE. A partir de ahí le quedará la columna vertebral del Popular, que es la red de oficinas y su especialización en banca familiar y de pymes. Y eso no va mal, que conste. Ahora bien, ahí viene el drama. Porque ese Popular saneado, aunque empequeñecido, puede, o bien mantenerse como firma independiente o ir hacia lo que Saracho llamaba independencia renovada, que no es otra cosa que convertirse, por ejemplo, en la marca nacional del Santander. O del BBVA, porque FG sí quiso y quiere comprar el Popular. Ahora bien, eso no tiene nada de independencia. Eso es liquidar la marca Popular, que sería el apellido de otra firma y que, finalmente acabaría por caerse. ¿O es que alguien se acuerda hoy de que el actual Santander fue el Santander Central Hispano, BSCH? Incluso ya hay quien piensa que si se traspasa el control habría que preparar al comprador, sea el Santander de Ana Botín o quien sea, un traje a medida. Esperemos que se opte por mantener la firma. Porque la pregunta sigue siendo la misma: ¿para qué ha venido Emilio Saracho al Popular? ¿Para sanear o para liquidar? Esta es la decisión que debe tomar Emilio Saracho. Y parece inclinado a optar por la liquidación de la marca disfrazada de independencia renovada. Si es así, debería advertirlo a los accionistas el próximo lunes día 10. ¿Lo hará? Por si faltaba algo, a mediodía se conocía la dimisión del ceo, Pedro Larena, por razones personales. Es decir, por falta de confianza del presidente Saracho en su labor. Desde luego, no era el mejor momento. Eulogio López eulogio@hispanidad.com