No me extraña que María del Mar Blanco, la hermana del concejal de Ermua asesinado, hoy en las filas del PP, haya dicho aquello de que yo “quiero creer” en las palabras de Mariano Rajoy, es decir, que la chica cree pero le cuesta confiar en el presidente.

Pues hace mal: no debería creer en modo alguno en don Mariano. A pesar de que las solemnes palabras del presidente del Gobierno sobre la imposible inmunidad, lo cierto es que habrá concesiones a ETA y al PNV porque la soberbia, tanto de los asesinos como de los independentistas vascos de Íñigo Urkullu, les impide arrepentirse del mal realizado –en el segundo caso, de la cobertura política ofrecida por el PNV a la banda- y sin arrepentimiento el perdón resulta inane, y sin perdón no puede haber justicia y sin justicia no habrá paz.

La actualidad peneuvista y proetarra se refleja en el juicio de Alsasua

Y la prueba del nueve está en el juicio a la manada de Alsasua, donde se exhibe lo que Ortega y Gasset llamaba “soberbia vasca”, supremacismo casi racista sobre por el hecho de haber nacido en Euskadi. Los abogados de los cafres de Alsasua hablan de que el complot fue el de las víctimas. O sea, que los dos guardias civiles habían ido allí con sus novias para ‘provocar’ y dejarse apalear. 

El juicio a la 'Manada' de Alsasua muestra que la legislación española no era dura, sino blanda, con los pro-etarras

Y si el PP cederá al chantaje del PNV y de ETA, el PSOE ya ha cedido, con un Patxi López solicitando, sin más demora, una nueva política penitenciaria: o sea, que acerquen a los presos etarras a las cárceles del País Vasco. El PSOE de Pedro Sánchez siempre acaba por ceder ante los nacionalismos porque aborrece a a su opuesto: a España.

Y Rajoy seguirá necesitando los cinco votos del PNV para su único proyecto político: permanecer en Moncloa

Y Mariano Rajoy acabará cediendo. Ya lo hizo con el cupo vasco y volverá a hacerlo con tal de disponer de los cinco votos (nunca un voto se vendió tan caro) de los diputados vascos para conseguir su único proyecto político. Permaneced en Moncloa. No lo duden: cederá. Aún quedan dos presupuestos para terminar la legislatura.