A una semana del inicio de unas protestas cuyo primer detonante fue la reforma a la seguridad social que subía cuotas y bajaba pensiones y que fue derogada el domingo, la situación que vive Nicaragua en estos momentos es muy triste y dolorosa, y más aún cuando es la sangre de la juventud la que se derrama, recoge Panamerica.

Como resultado de los actos de violencia, las organizaciones no gubernamentales y la Cruz Roja Nicaragüense hablan de al menos 30 muertos, entre ellos dos policías, un adolescente y un periodista, 428 heridos y más de 200 manifestantes arrestados o desaparecidos.

La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado que varias de las muertes producidas en las protestas antigubernamentales en Nicaragua podrían equivaler a "asesinatos no justificados", recoge 20 Minutos.

la represión contra los ciudadanos nicaragüenses ha sido despiadada por parte del gobierno de Daniel Ortega

Marcos Carmona, miembro de la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua, precisó en entrevista con Panamá América que "la represión contra los ciudadanos nicaragüenses ha sido despiadada por parte del gobierno de Daniel Ortega, que ha permitido que grupos motorizados y otros afines a su administración amenacen a los ciudadanos que exigen libertad de expresión, derechos laborales, derechos de medioambiente, entre otros", y por ello se prepara un informe con el fin de presentarlo en los foros internacionales.

"Hay un franco retroceso en materia de derechos humanos y es por ello que condenamos los actos violentos de los últimos días", sentenció Carmona.

El dirigente de la Comisión Permanente de Derechos Humanos destacó que "a la fecha, unas 30 personas han perdido la vida, producto de las balas asesinas de la policía. Hemos sido testigos de cómo la policía ha salido a las calles con fusiles AK-47, escopetas, pistolas 9 milímetros, tenemos pruebas de cómo han sido reprimidos los ciudadanos”.

Por su parte, la Conferencia Episcopal de Nicaragua aceptó ser mediador y garante de un diálogo entre gobierno, empresarios y trabajadores, recoge El Nuevo Diario.

El presidente del Episcopado, el cardenal Leopoldo Brenes, dijo en un mensaje ante los medios que aceptan estar en carácter de mediador y testigo del diálogo convocado por el presidente Ortega el domingo pasado "ante las gravísimas situaciones que ha vivido la nación nicaragüense y que se agudizaron la última semana que ha transcurrido”.

Cosa que aceptó el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. "Compartimos plenamente su propuesta de sectores que participarán en el diálogo nacional y agregaríamos otros que consideramos importantes", ha asegurado el mandatario en una carta enviada a la Conferencia Episcopal, según ha recogido el diario local 'El nuevo diario’.