• Muchos cristianos han huido a Jordania, Líbano y Turquía, mientras que otros son desplazados dentro de sus países de origen.
  • Los caldeos iraquíes han sido desplazados a Erbil y Dohuk.
  • Pero unas 3.000 familias cristianas se han ido desde el año 2014.
  • Mons. Bashar Warda, arzobispo de Erbil (Irak), les acoge: "Mi plan está en cómo ayudar a las familias cristianas que decidieron quedarse, a que permanezcan y que vivan con dignidad".
La guerra en Irak y Siria ha cobrado un alto precio entre los cristianos caldeos de Medio Oriente. La violencia en Irak después de la invasión estadounidense en el año 2003 y el surgimiento del Estado Islámico en Irak y Siria se ha traducido en los asesinatos y expulsiones selectivas de millones de personas, incluyendo a cientos de miles de cristianos. Muchos han huido a Jordania, Líbano y Turquía, mientras que otros son desplazados dentro de sus países de origen. Los caldeos iraquíes han sido desplazados a Erbil y Dohuk. Erbil, la ciudad natal de Mons. Bashar Warda, arzobispo de esa misma ciudad, está ubicada en la región del Kurdistán, al norte de Irak. Esta es una región segura, a pesar de que tiene una frontera de poco más de mil kilómetros de largo que colinda con el territorio controlado por el Estado Islámico. "La actitud de acogida del gobierno kurdo fue realmente una gran ayuda para los refugiados cristianos y yazidis", dijo el Arzobispo y añadió que "tenemos en el Kurdistán unos 1.800.000 refugiados". La diócesis en sí acoge 10.300 familias cristianas que abandonaron Mosul y la llanura de Nínive. Pero unas 3.000 familias cristianas se fueron desde el año 2014. "Mi plan está en cómo ayudar a las familias cristianas que decidieron quedarse, a que permanezcan y que vivan con dignidad. Esa es mi gran preocupación, todo el plan", dijo Mons. Warda a ACI Prensa. "Para ser honesto, yo no puedo decirle a nadie que se quede. Hay cientos de razones que motivan a que la gente se vaya. No hay alguna razón que realmente los inste y ayude a que se queden. Pero tenemos la fe y la esperanza de que esta comunidad se quedará, y, por favor Dios, que esté fortalecida por las oraciones que hemos estado recibiendo", comentó. El Arzobispo de Erbil explicó que la presión para emigrar al exterior es enorme. "Si hoy ofreces una visa a todos los refugiados, ellos la aceptarán. Pero sabemos que algunos se irán en medio de lágrimas". "No todos quieren irse porque durante el tiempo en el que había una posibilidad de huir ellos prefirieron quedarse", indicó. El Obispo caldeo en el Líbano está "haciendo lo mejor" para cuidar a los refugiados y por convencerlos de que se queden en Medio Oriente. Los cristianos iraquíes que permanezcan en Medio Oriente tendrán más posibilidades para regresar a sus hogares en la llanura de Nínive y en Mosul. "Pero una vez que dejen Medio Oriente será el final de la historia", señaló Mons. Warda. También indicó que la Iglesia Caldea no quiere forzar a las familias a quedarse. Más bien, la Iglesia "sólo quiere estar con ellos, e incluso ayudar con las necesidades materiales, espirituales y pastorales que ellos quieren en estos momentos difíciles". "Todo está cambiando, pero aun así, nosotros queremos responder a las necesidades inmediatas de los refugiados, que son el refugio, la salud, la educación y otros asuntos materiales", indicó el Prelado, al referirse al trabajo de los obispos con los diferentes organismos católicos de ayuda. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com